El aplaudidor: El eterno daño de aplaudir a quien no lo merece
El “aplaudidor” hace daño porque calla, silencia, apoya y defiende al “injusto”, a quien no lo merece. Quizás el “aplaudidor” debiera darle una pausa a sus manos y dejar que el sentido común se abra paso para no alimentar a quien se transformará en su propio verdugo.
