A diez años de su fallecimiento,  colegas, compañeros, amigos y familiares lo recordaron a Eduardo Luis Duhalde en un homenaje en la Federación Gráfica de Buenos Aires.

Lo conocí en la militancia y en el derecho cuando ningún abogado del sistema quería firmar un hábeas corpus por los secuestrados y detenidos por causas políticas. 

Sin él no se hubiera iniciado la construcción de una democracia avanzada. Duhalde fue un militante gigante de los derechos humanos,

Condenó lo que pasaba en la ESMA y la matanza de Trelew así como se opuso a la guerra de Malvinas, el último conflicto colonial en América, a la que nos condujo la torpeza de la dictadura militar.  Siempre simpático pero nunca frívolo. Pujante y audaz.

El homenaje organizado por la Comisión de Derechos Humanos de la Corriente Federal de Trabajadores consistió en dos mesas que recordaron diferentes aspectos de la vida de Duhalde: por un lado, su gestión a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos (2003-2012) en el panel llamado “Memoria de una política de Derechos Humanos”; y, por el otro, su larga trayectoria de lucha en el panel “Memoria de su trayectoria”.

El anfitrión fue Héctor Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense.

Se pudo ver una serie de videos y saludos, como los de Federico Villegas, embajador argentino, representante permanente de Argentina frente las Naciones Unidas y presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y de ex juez español Baltasar Garzón.
Durante el encuentro pudimos escuchar las palabras de Luis Alén, ex subsecretario de Derechos Humanos, el abogado Pablo Llonto, Héctor Amichetti, y Mariano y Marcelo Duhalde, hijo y hermano del ex secretario.