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Los aranceles de Trump provocan otro día de caída en los mercados y reavivan temores de recesión
La economía global se vio sacudida esta semana después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impusiera un arancel del 104% sobre las importaciones chinas, reavivando los temores de una recesión y desatando una masiva ola de ventas en los mercados bursátiles y de bonos. Esta agresiva escalada en la guerra comercial entre EE. UU. y China generó fuertes repercusiones en las bolsas de valores del mundo, debilitó al dólar, afectó a los bonos del Tesoro y encendió las alarmas entre inversores y economistas.
A pesar de la presión interna de aliados y asesores económicos, Trump redobló su apuesta por una agenda proteccionista. En un desafiante discurso el martes por la noche, no solo reafirmó los aranceles, sino que además insinuó nuevas tarifas sobre productos farmacéuticos, alegando que eso impulsaría la producción nacional de medicamentos. Su afirmación de que los países están “besándome el tr***” para evitar los aranceles dejó claro su enfoque combativo.
Reacción de los mercados: se intensifica el “vende América”
La reacción de los mercados fue inmediata y devastadora. En Wall Street, el S&P 500 cayó un 1,6%, borrando una ganancia inicial y cerrando casi un 19% por debajo de su récord de febrero. El Dow Jones bajó un 0,8% y el Nasdaq, dominado por empresas tecnológicas, perdió un 2,1%. Los inversionistas se apresuraron a deshacerse de activos estadounidenses, haciendo caer los rendimientos de los bonos y debilitando al dólar.
Los mercados internacionales siguieron la misma tendencia. El índice Nikkei 225 de Japón se desplomó un 3,9%, lo que obligó al primer ministro Shigeru Ishiba a convocar una reunión de emergencia con ministros financieros para proteger industrias clave como la automotriz. El índice Taiex de Taiwán cayó un 5,8%, con fuertes pérdidas en empresas tecnológicas como TSMC y Hon Hai Precision. En Corea del Sur, el Kospi retrocedió un 1,7%, mientras que el gobierno prometió asistencia a sus fabricantes de automóviles. En Europa, el DAX alemán, el CAC 40 de Francia y el FTSE 100 del Reino Unido cayeron más del 2%.
Los commodities tampoco escaparon al impacto. El precio del crudo estadounidense cayó casi 2 dólares, ubicándose en 57,63 dólares por barril, mientras que el Brent descendió a 60,80. En contraste, el oro—refugio tradicional en tiempos de crisis—subió 74 dólares y alcanzó los 3.063 por onza, reflejando la aversión al riesgo.
China responde con firmeza
Aunque inicialmente afectadas, las bolsas chinas lograron recuperarse a mitad de semana gracias a masivas recompras de acciones por parte de empresas estatales, y a expectativas de un estímulo fiscal. El índice compuesto de Shanghái subió un 1,3%, y el Hang Seng de Hong Kong ganó un 0,7%.
Pekín publicó un documento político en el que reitera su derecho a defender sus intereses y manifiesta su disposición al diálogo. El texto argumenta que, considerando el comercio de servicios y las operaciones de empresas estadounidenses en China, el intercambio económico entre ambas naciones está “aproximadamente equilibrado”. Aun así, el gobierno chino prometió “medidas firmes y eficaces” en respuesta a los nuevos aranceles, aunque sin detalles concretos.
El costo económico y político sigue aumentando
Más allá de las turbulencias bursátiles, los aranceles afectarán directamente al consumidor estadounidense. Se espera que productos como el café, mariscos y frutas suban de precio, y un iPhone fabricado en EE. UU. podría costar hasta 3.500 dólares. Los más perjudicados serán los pequeños fabricantes, minoristas y familias de ingresos bajos.
La guerra comercial de Trump representa un ataque frontal a la globalización, que ha moldeado la economía mundial, facilitado cadenas de suministro globales y reducido costos para los consumidores, aunque también ha contribuido a la deslocalización de empleos industriales. Su administración busca reducir los déficits comerciales, pero corre el riesgo de provocar inflación y frenar el crecimiento económico. Analistas advierten que si los aranceles se mantienen por mucho tiempo, Estados Unidos podría entrar en recesión.
Sin embargo, aún hay cierta esperanza en los mercados de que el caos actual conduzca a una nueva ronda de negociaciones. Rumores sobre conversaciones discretas entre Washington y Pekín, junto con comentarios optimistas de Trump sobre un posible acuerdo con Corea del Sur, trajeron algo de alivio temporal. Pero con tanta incertidumbre en el horizonte, el panorama económico global sigue siendo altamente volátil.