Región:
Argentina
Categoría:
Política
Article type:
Enfoques

En busca del equilibrio pandémico

  • En busca del equilibrio pandémico
    En busca del equilibrio pandémico
Región:
Argentina
Categoría:
Política
Article type:
Enfoques
Autor/es:
Por María Gabriela Irineo
Fecha de publicación:
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Philippe Petit abandonó el anonimato por ser el hombre que supo caminar entre las nubes y, Alberto Fernández , sin duda, se inscribirá en los anales de la historia  por ser aquel a quien le tocó atravesar la tormenta por aquel lugar en donde los mismísimos ángeles temen pisar, pues  dispensar equidad y mantener orden y equilibrio en  un contexto de contingencia , representa un enorme desafío para cualquier gobierno que se precie, mucho más aún , cuando dicho contexto se enmarca en una de las crisis sanitarias más grandes de la historia a nivel mundial, en donde prima un clima de  total incertidumbre  y de nefasta especulación financiera.

Como si tratáse del mítico film dirigido por el cineasta James Marsh en 1974, El Equilibrista , en donde el protagonista debe realizar diversas acrobacias sobre un cable delgado entre las Torres Gemelas del World Trade Center, Alberto Fernández , se encuentra frente a una  audaz , por momentos temeraria, caminata por la “cuerda floja”  en donde debe  sacar a relucir su “how- know” político en  lo referente a las prácticas hegemónicas para poder conformar lo más  equitativamente posible a diferentes sectores que se presentan  ante sí con demandas divergentes. 

Es que, por estos días,el gobierno debió brindar definiciones acerca de cómo continuar la cuarentena , ahora administrada y más flexibilizada,  en diferentes provincias y municipios, presentar un plan de reestructuración de deuda  frente al Fondo Monetario Internacional y rever la implementación de una segunda fase  de medidas de asistencia económicas para  sectores que aún no han sido alcanzados por el brazo del Estado.

En un turbulento escenario económico local que,a su vez,  se circunscribe en un  panorama global signado por el desasosiego y la mutabilidad constante del comportamiento de los mercados; la conducción del gobierno argentino dirime ,no solamente, su solvencia y liquidez de pago  frente al FMI, sino también su capacidad de gestión frente a la crisis;a la vez que intenta refractar de manera bidimensional la imagen de un bloque conductor sólido, unido y  sin fisuras: hacia sus  internos  interlocutores y hacia su , también expectante, público  externo. 

En este sentido, el mandatario argentino convocó  a todos los gobernadores a una cumbre  que tuvo cita el jueves pasado en la quinta de Olivos, con motivo de definir una oferta  a los bonistas  y las condiciones de reestructuración de la deuda. "Hoy Argentina no puede pagar nada ", resolvió con un dejo de razonable y sincera resignación el ministro de economía, Martìn Guzmán; dejando entrever que las vetustas recetas del FMI  que se aplicaron otrora, tales como la reducción del gasto público y  el  ajuste fiscal, no representan políticas viables para la presente gestión: “seguir con el ajuste sería un problema para todo el territorio nacional" , subrayò el encargado de llevar las arcas públicas de la Nación. En la misma sintonía , Alberto Fernández , resaltó que una “deuda sostenible es una deuda que podamos pagarla sin la postergación de los argentinos”,  poniendo  nuevamente de manifiesto no sólo  el matiz  paternalista que destaca a su gobierno sino también el  tono apaciguador que   lo  distancia abruptamente  de la connotación confrontativa:“patria o buitres”  que enarbolará su actual compañera de fórmula  cuando ocupaba el cargo de jefa de Estado
Con una bomba de tiempo en sus manos,la hazaña de Alberto supera la de Petit, pues debe hacer frente a las demandas irresueltas de un grupo empresario envuelto en una agónica encrucijada; con una matriz totalmente improductiva y endeudado para poder pagar los sueldos de los trabajadores,dejando como saldo un sin nùmero de persianas bajas ,maquinarias  inactivas y trabajadores ociosos.    A lo que  se le suman los reclamos de una clase media media fuertemente zarandeada por la abrupta caída del salario real debido al aumento general de los precios. A este conglomerado de demandas,se adicionan monotributistas y profesionales independientes ,subsumidos en la desesperación,  cuyo único ingreso era el obtenido mediante el ejercicio de su profesión y que ,ahora, se  encuentran golpeados por el parate que generará la cuarentena. Para terminar de completar este  combo explosivo, se agregan  amplios sectores vulnerables, a quienes la  dicotomía “economía vs. vida” ha dejado ya de convencerlos , pues   $10.000 o un bolsón de comida no les resultan suficientes  y  exigen una respuesta concreta  a sus necesidades. Atento a lo cual, el gobierno decidió exceptuar once  nuevas actividades a las que ya se encontraban al margen de la norma, como la atención médica,el pago de servicios,laboratorios,oficinas de rentas, entre otras..  Excepción que responde a la intención de reactivar gradualmente la economía y evaluar exhaustivamente  un plan de aislamiento selectivo para abandonar de manera paulatina la cuarentena  obligatoria sin descuidar el principal objetivo planteado: la salud de los ciudadanos.

Sin embargo, hacer gala de un espíritu estoico no resulta  suficiente para encarar la hazaña equilibrista, además  es menester,.para quien pretenda encararla, demostrar que se encuentra calificado para la realización de tal heroica prueba histórica.  Demostración que cobra mayor significado  cuando sobre la cuerda se han dado determinados pasos en falso, como la falta de planificación  y la incapacidad de gestión demostrada por parte de algunos funcionarios frente al pago de los haberes jubilatorios, al dejar a merced del virus a más de ochocientos mil adultos mayores, como si tratará de una macabra maniobra malthusiana. Es que recuperar la Imagen de control luego de varios desequilibrios, es una de las mayores destrezas que el gobierno, al igual que un buen equilibrista, ha aprendido desarrollar.  Debiendo  reconfigurar la imagen de confianza , luego de un cúmulo de   desaciertos , al que indexado al ocurrido con el del cobro de los jubilados, se adosa el bochorno de los sobreprecios, que le costó la cabeza a varios servidores públicos, como para equiparar el contrapeso que le provocará el  infortunio y, obviamente , no perder  la  base de sustentación.
En este sentido, el retrato que nos dejará a la reunión de Olivos  con   Alberto  como figura  central en  la mesa, escoltado a su derecha  por la ,hasta ahora oculta, vicepresidenta  de la Nación y, a su izquierda por Horacio Rodríguez  Larreta, gobernador  de la Ciudad de Buenos Aires y  exponente del PRO ,  mayor bloque opositor; contiene en sì misma un alto voltaje polisémico.  Una imagen que se esfuerza por  reflejar  la idea ,no solo, de un gobierno federal sino también  de un bloque conductivo multipartidario y pluralista,con capacidad de diálogo y generador de consensos.Una representación en otro tiempo impensada, como si el COVID -19 hubiera logrado  suturar ( al menos superficialmente) las grietas que otrora parecían imposibles de cerrar.  En otras palabras, la foto de Olivos , entre sus múltiples significaciones , pone de manifiesto la apertura de un campo político en donde se ejerce una democracia pluralista, que no anula la diversidad de voces ni deslegitima el conflicto y la posibilidad de disensos,sino que se sienta junto a sus "adversarios" para trazar un plan de contingencia; para barajar y dar nuevo, como expresara el mismo  presidente, viendo en "la crisis la oportunidad para construir otro país más justo y mejor. " 

No obstante, dicha unidad,de momentos, se manifiesta ofreciendo respaldos cuestionables, como lo fue aval  nacional frente medidas extremas adoptadas por el gobierno Porteño  frente a la implementación del permiso único para circular para personas pertenecientes a una franja etaria mayor a 70 años. Respecto a la dispocisión el defensor de la tercera edad, Eugenio Semino, tildó de “absurda” y “anacrónica” la misma. Polémica a la que se sumó la periodista y ensayista Beatriz Sarlo, dejando en claro y sin tapujos su punto de vista al respecto: “un estado de sitio selectivo.” Frente a la reticencias y a las múltiples voces en contra que despertará  dicha resolución, Alberto Fernández,  expresó que no había que interpretar esta medida  “como un agravio o un ataque a la libertad, sino como algo en lo cual el Estado los está cuidando”. 
Sin embargo, el gobierno porteño, tomando nota del descontento que tal decisión salomónica despertara, debió dar marcha a atrás a las multas y al trabajo comunitario que su incumplimiento , en un principio,merecía.  Una polémica  normativa de “cuidado” que solapa una severa  sentencia de segregación  y exclusión, en tanto que  su implementación roza la inconstitucionalidad al ir en detrimento de derechos personalísimos como lo son las libertades individuales. Erigiéndose, de esta manera, un control estatal que se presenta como un gran celador biométrio y  proxémico de los individuos Un biopoder de naturaleza paradigmática pues se actúa coartando libertades presentes en pos de las libertades futuras.
En medio de este ensayo y error ,y en esta búsqueda de equilibrio constante, lo cierto es que el manual de la pandemia no existe y de existir , aún, no fue editado, pero ante la observación empírica de los sucesos acaecidos, puede vislumbrarse que pasada la  crisis, Alberto Fernández,  podrá escribir, básandose en el cúmulo de sus aciertos y desaciertos, el “manual de instrucciones para aquellos que un día pretendan hacer lo imposible” y con total certeza, el mismo será  un  bestseller, pues Philippe Petit caminò entre las nubes pero Alberto Fernández  hizo (o al menos intentó hacer)  equilibrio en medio de la tormenta.