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Falleció el diseñador Roberto Cavalli
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Ocurrió durante una "Fashion Week" hace más de diez años. "Cavalli" inauguraba una tienda en San Babila, aquí en Milán, y una multitud de curiosos intentaba acercarse a las celebridades que asistían al evento. Al final de la gran velada, de repente, violando el cordón de seguridad, alzando los brazos, saltó hacia todos los que estábamos en la calle: él mismo, Roberto Cavalli, para mezclarse entre la gente y hablar con todos los que le hacían alguna pregunta o simplemente lo saludaban. Con total humildad y la tranquilidad de quien parecía haber salido a dar un paseo, permaneció conversando como alguien que encuentra casualmente a un conocido. Este trato directo y singular lo acompañó durante toda su vida.
Este magnetismo fue lo que atrajo a muchas divas de la música y el cine. Sharon Stone, Cindy Crawford, Beyoncé, las Spice Girls, Christina Aguilera, Madonna o Jennifer Lopez, querían vestir Cavalli para sentirse mujeres Cavalli, es decir, fuertes, con poder y sexys. "Mi sueño es hacer vestidos que cambien la vida de las mujeres", solía decir. No le gustaba que lo definieran como diseñador, sino como un artista de las telas. Su abuelo, pintor adscrito al movimiento artístico de los "Macchiaioli", con obras expuestas en la "Gallerie degli Uffizi", quizás lo había imbuido de una visión artística y pictórica que transmitió a la moda. Cavalli frecuentó la "Accademia di Belle Arti di Firenze".
Roberto Cavalli creó su firma homónima en 1970, el mismo año en el que patentó un novedoso sistema de impresión del cuero. Dos años después, abrió una pequeña tienda en la icónica Saint Tropez. En 1977 conoció a su segunda esposa, Eva Durner, quien se convirtió en una formidable socia creativa. Gracias a ella, Roberto Cavalli, muy dedicado entonces a los caballos, volvió a concentrarse en la moda. Su segunda vida profesional comenzó en 1994, cuando lanzó sus vaqueros envejecidos, descoloridos y coloreados, tratados con la técnica del arenado. El impulso final para entrar en el Olimpo se lo dio, sin embargo, la directora de Vogue Italia, Franca Sozzani, quien junto a la muy conocida Anna Dello Russo, rediseñó por completo su imagen.
Una vorágine de colores, más estampados, vestidos casi escandalosos que refuerzan el poder de la mujer. Las campañas publicitarias deslumbraron al mundo y atrajeron a las estrellas que no podían permanecer indiferentes al estilo de Cavalli. Incluso los hombres, como Lenny Kravitz, cayeron seducidos por el diseñador de Florencia. El New York Times lo bautizó "Leopard King", "Re dell'animalier"; "molto sexy, molto animal print and molto, molto Italiano", lo describe el británico The Independent.
Es que Roberto Cavalli merece el crédito de haber transformado en felina a la mujer, definiendo su sensualidad a través de estampados y patrones inspirados en el mundo animal, en el mundo salvaje. En el año 2002 se inauguró en Milán el bar ideado por el arquitecto y diseñador Ron Arad, que lleva el nombre "Just Cavalli Café" y que se convirtió en un centro de la vida mundana de la ciudad de la moda. Cavalli extendió así su universo y dejó su marca en la vida de la gran metrópoli.
En el año 2015, Roberto Cavalli vendió el 90% de su marca y se retiró a la vida privada. Hace un año, con 82 años, anunciaba la llegada de su sexto hijo. En febrero de este año estuve fuera del desfile Cavalli Otoño-Invierno 2024-2025 en la Fashion Week. El gran ausente estaba, sin embargo, presente en el glamour y la belleza de las famosas mujeres que llegaban y pronunciaban su nombre como si él estuviera allí cerca, tal vez como aquella noche, que quedará para siempre en mi recuerdo, en la que el gran Roberto conversaba y reía con nosotros con su inconfundible acento toscano.