Nunca voy a olvidar ese 1ro. de mayo de 1978 en el que conocí a Fidel Castro.
La revista Radiolandia 2000 me envió con la idea de hacer una entrevista con exiliados cubanos para no tener una visión parcial de lo que estaba sucediendo en la isla.
Viví allí una gran experiencia de mi trayectoria periodística. Viajamos desde Perú en esa jornada tan convulsionada y en años en los que se temía todavía algún tipo invasión de Estados Unidos.
Tuve una invitación especial para ver al "Comandante", como le decían los cubanos. que incluyó asistir al palco de un acto en el que Fidel habló a lo largo de 6 horas.
Aquella tarde no solo pude conocer y hablar con Fidel Castro, sino que compartí el palco del acto del 1ro de mayo con Gabriel García Márquez y Nicolás Guillén.

La jornada había sido extenuante y después de tantas horas de actos y discursos ya tenía pocas esperanzas de que ese día tuviera unos minutos para mi.
Que poco lo conocía hasta ese momento. Se había comprometido y ahí estaba. Vestido de verde y acompañado de otros militares.
Me ofreció un habano. Lo acepte y lo guardé. Le dije: "lo llevó como un recuerdo". Y me ofreció otro. Lo acepte y lo encendí.
Solo quería saber si consideraba que la revolución había triunfado o no.
"En la lucha ideológica contra el imperialismo hemos salido victoriosos, a pesar de sus recursos, de su influencia económica, a pesar de sus intentos de penetración, y a pesar de que en Cuba hubo algunas penetraciones en algunos terrenos, de influencia liberal burguesa. Triunfamos y resistimos. Hasta la victoria, siempre".