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- Turismo
La emoción de visitar el Harley-Davidson Museum en Milwaukee
Llegar al Harley‑Davidson Museum en Milwaukee fue como entrar en un templo dedicado a la libertad sobre dos ruedas. Rodeado por un campus arbolado junto al río Menomonee, el moderno edificio vibra con historia, cultura y potencia. Desde el primer momento, se respira pasión: familias, fanáticos, coleccionistas y moteros de todas partes se reúnen aquí por el amor a la marca y su legado.
Un almuerzo con alma Harley
Comenzamos la visita con un almuerzo en el MOTOR Bar & Restaurant, ubicado dentro del museo. El buffet ofrecía lo mejor de la cocina estadounidense clásica: hamburguesas artesanales, ahumados, y platos típicos del Medio Oeste. Cada sabor me conectaba con mis propios recuerdos: volví a mis años manejando una moto en las calles de Dolores, mi ciudad natal en la provincia de Buenos Aires. Una época de viento en la cara y libertad en el cuerpo.
Una visita personalizada y emocionante
Después del almuerzo, disfrutamos de una visita personalizada que incluyó rincones a los que el público general no tiene acceso. La única recomendación: “no tocar nada”. Y aunque las manos estaban quietas, la emoción lo tocaba todo.
El museo alberga más de 450 motocicletas y artefactos, distribuidos en dos niveles con diseño interactivo. Es un recorrido por los 120 años de historia de Harley-Davidson, desde sus humildes inicios en 1903 hasta su consolidación como ícono global.
Historia viva sobre ruedas
Entre los tesoros más impactantes está el mítico "Serial Number One", la primera Harley fabricada, junto con motores históricos como el Knucklehead. Cada sala es una cápsula del tiempo: hay espacios dedicados a clubes y competencias, a la cultura custom y a la presencia de la marca en el cine y la cultura pop. Se exhiben motos rescatadas de eventos extremos, como la que sobrevivió al tsunami en Japón.
Uno de los momentos más especiales fue ingresar al Motorcycle Vault, una zona reservada que guarda piezas únicas de colección. El silencio, la luz tenue y la perfección mecánica creaban una atmósfera casi sagrada. Fue como caminar por el corazón mismo de la leyenda Harley.
El recorrido incluye experiencias inmersivas, pantallas interactivas, galerías de tanques artísticos, una sala donde es posible "subirse" virtualmente a una Harley y sentir el rugido del motor sobre las rutas más icónicas. Cada detalle está pensado para honrar el pasado y celebrar el espíritu rebelde y creativo de la marca.
Esta visita al Harley‑Davidson Museum fue mucho más que una parada en un itinerario de prensa. Fue un viaje cargado de recuerdos personales, emociones intensas y admiración profunda por una marca que ha sabido convertirse en sinónimo de aventura, libertad y diseño atemporal.
Milwaukee nos recibió con historia, hospitalidad y una identidad fuerte que vibra al ritmo de un motor legendario.