El Primer Ministro indio, Narendra Modi, está a punto de asegurar un raro tercer mandato en el cargo tras la victoria de la coalición Alianza Democrática Nacional (NDA) en las elecciones parlamentarias de India, según los resultados oficiales de la Comisión Electoral de India. A pesar del triunfo, el mandato menor de lo esperado significa que Modi tendrá que depender más de sus aliados, lo que obliga a una atención urgente a problemas apremiantes como el desempleo, la inflación y las disparidades económicas en la nación más poblada del mundo.

A diferencia de las dos elecciones anteriores, el partido nacionalista hindú de Modi, el Bharatiya Janata Party (BJP), necesitará el apoyo de sus aliados para superar el umbral de la mayoría de 272 escaños en la cámara baja de 543 escaños del parlamento. La comisión informó que la NDA obtuvo 285 escaños y estaba liderando en una carrera adicional por anunciar temprano el miércoles por la mañana. Este recuento supera los 272 escaños necesarios para una mayoría, pero queda por debajo de las proyecciones iniciales.

“La bendición del pueblo por tercera vez después de 10 años nos eleva la moral, nos da nueva fuerza,” dijo Modi a los miembros del BJP que vitoreaban en la sede del partido en Nueva Delhi. “Nuestros oponentes, a pesar de estar unidos, no pudieron ganar tantos escaños como el BJP.”

La victoria de Modi, aunque decisiva, indica que su administración debe abordar los significativos desafíos económicos con mayor vigor. Durante su discurso, Modi prometió trabajar más duro y tomar “grandes decisiones,” destacando sectores como la electrónica, semiconductores, fabricación de defensa, energías renovables y agricultura como áreas de enfoque especial para su tercer mandato. Sin embargo, no proporcionó detalles específicos sobre cómo se lograrán estos objetivos.

La necesidad de equilibrar su ambiciosa agenda con la dinámica de la coalición será un aspecto definitorio del próximo mandato de Modi. A medida que se prepara para abordar los problemas económicos que enfrenta India, el país —y el mundo— observarán cuán efectivamente puede convertir sus promesas en realidad.