El calor se hacía sentir con intensidad cuando llegamos al Frederik Meijer Gardens & Sculpture Park, una joya cultural y botánica ubicada en Grand Rapids. Con más de 158 acres de jardines, invernaderos y esculturas al aire libre, el parque es uno de los espacios más inspiradores del medio oeste de Estados Unidos. Esa tarde soleada, decidimos recorrerlo de la mejor forma posible: a bordo de un carrito eléctrico, que nos permitió disfrutar cada rincón sin sucumbir al sol del verano.

Desde el comienzo, el paseo nos envolvió en un entorno donde el arte y la naturaleza conviven en perfecta armonía. El jardín japonés nos ofreció un remanso de paz entre senderos de piedra, puentes de madera y estanques con carpas koi. Las esculturas, cuidadosamente integradas al paisaje, dialogaban con los árboles y los reflejos del agua. Obras de artistas como Rodin, Degas, Anish Kapoor y Ai Weiwei sorprendían a cada paso.

Luego, ingresamos al Lena Meijer Tropical Conservatory, el invernadero tropical más grande de Michigan. Allí, en medio de la humedad reconfortante, nos encontramos con una jungla de orquídeas, palmeras altísimas, lianas, helechos y flores exóticas. Más allá, la Casa de las Plantas Carnívoras y el jardín desértico nos invitaron a un pequeño viaje por los distintos ecosistemas del mundo.

Uno de los momentos más especiales del recorrido fue la visita al Rooftop Sculpture Garden, un jardín elevado desde donde se aprecia una vista panorámica del parque y sus esculturas contemporáneas. El contraste entre el acero de las obras y el verde de la vegetación bajo el sol del atardecer nos regaló imágenes inolvidables.

Frederik Meijer Gardens no es solo un parque: es un museo viviente, un espacio donde cada planta, cada obra de arte, cada sendero invita a la contemplación y al asombro. A pesar del calor, fue una experiencia sensorial y estética que quedará grabada para siempre.