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Taiwán conmemora por primera vez el Día de la Victoria en Europa y reafirma su participación como miembro activo de la comunidad internacional democrática
Por primera vez en su historia, Taiwán se unió a la conmemoración global del Día de la Victoria en Europa (VE Day), una fecha clave que marca el fin de la Segunda Guerra Mundial en el continente europeo. El acto, que tuvo lugar el pasado 8 de mayo en Taipéi, fue encabezado por el presidente Lai Ching-te y el vicepresidente Hsiao Bi-khim, y contó con la participación de representantes diplomáticos de la Unión Europea.
La ceremonia conmemorativa, organizada en el marco del 80.º aniversario del fin del conflicto en Europa, representa un hito en la política exterior de Taiwán y en su afirmación como miembro activo de la comunidad internacional democrática.
Taiwán y Europa enfrentan la misma amenaza del autoritarismo, dijo el presidente Lai Ching-te el 8 de mayo, conmemorando los 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa y advirtiendo que complacer a los agresores sólo aumenta su apetito por la expansión.
"Este gesto simboliza nuestras crecientes conexiones con la comunidad internacional", declaró el presidente Lai durante su discurso. Subrayó que una de las lecciones más importantes de la Segunda Guerra Mundial es que “el autoritarismo y la agresión solo conducen a la masacre, la tragedia y la desigualdad”. En un claro mensaje que resuena con los desafíos geopolíticos actuales, Lai advirtió que los defensores de la paz no pueden permanecer indiferentes frente a nuevas amenazas.
Taiwán, oficialmente conocida como la República de China (ROC), había conmemorado tradicionalmente el fin de la Segunda Guerra Sino-Japonesa el 3 de septiembre, fecha en que Japón entregó su carta de rendición al gobierno de la ROC en 1945. Sin embargo, la decisión de participar en el Día de la Victoria en Europa implica un cambio de enfoque hacia una memoria histórica compartida con las democracias occidentales.
Lutz Güllner, jefe de la Oficina Económica y Comercial Europea en Taiwán, destacó la importancia de recordar y aprender de la historia: “Es nuestro deber garantizar que esto no vuelva a suceder. Defender la verdad es parte de esto”. El diplomático alemán también hizo hincapié en la necesidad de luchar contra el revisionismo y la manipulación política de los hechos históricos.
Ochenta años después del fin de la guerra en Europa, Taiwán se alinea así con los valores democráticos y de libertad que compartió con las naciones aliadas durante el conflicto, y que hoy cobra nueva relevancia ante la amenaza de bloques autoritarios.
La conmemoración no es solo un acto simbólico, sino una declaración de principios. En un contexto de crecientes tensiones regionales, donde la sombra de la agresión autoritaria vuelve a inquietar al mundo, Taiwán se presenta como un bastión de resistencia democrática y solidaridad global.