En la Puerta del Sol, lugar emblemático de la capital de España, se puede palpar el clima de entusiasmo que no solo envuelve a los hinchas ingleses de ambos equipos, sino también a los españoles que no están ajenos al interés que despierta este cotejo decisivo del certamen más importante entre clubes del Viejo Continente. 

Las apuestas también tienen un rol preponderante entre los aficionados que vuelcan su favoritismo hacia uno y otro equipo, aunque tanto el Liverpool como el Tottenham aparecen con cierta paridad en ese sentido.
 
Camisetas, banderas, bufandas, llaveros y gorras de ambas escuadras finalistas aparecen en las vidrieras de los negocios y también en manos de vendedores informales que tienden sus mercancías debajo de la estatua ecuestre de Carlos III - el monarca perteneciente a la Casa de Borbón que reinó en España entre 1759 y 1788-  para ofrecerlas a precios más bajos que en los negocios dedicados a la venta de artículos deportivos. 

La final de la Champions League se vive con pasión en Madrid, y en todas las ciudades europeas en las que el fútbol propicia un sentimiento colectivo único y difícil de describir con palabras. 

El Tottenham ya está en Madrid para preparar la final de la Champions League.

La principal novedad en el equipo de Pochettino es la vuelta de Harry Kane.

El Liverpool no lo hará hasta el viernes, víspera de la final.