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Política

España: El debate electoral finaliza sin resolver grandes interrogantes

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    El primer gran debate electoral de TVE ha sido un encuentro decisivo en esta fase final de campaña electoral con los líderes de los cuatro grandes partidos que el 28 de abril aspiran a ganar las elecciones. Debate electoral en España

El primer gran debate electoral de TVE ha sido un encuentro decisivo en esta fase final de campaña electoral con los líderes de los cuatro grandes partidos que el 28 de abril aspiran a ganar las elecciones. Pablo Casado, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias han enfrentado sus propuestas electorales durante 100 intensos minutos con Xabier Fortes como moderador.

El primer debate electoral de cara a los comicios generales del próximo domingo en España reforzó este lunes las eventuales alianzas que definirán el futuro gobierno, que se juega entre la continuidad del socialista Pedro Sánchez o una coalición de partidos de derecha, apuntalada por los ultraderechistas de Vox.

"La única formación que puede frenar a las tres derechas es el PSOE (Partido Socialista), aseguró Sánchez, quien resistió e intentó contraatacar ante la dura arremetida de sus dos rivales de la derecha presentes, el candidato del Partido Popular (PP), Pablo Casado, y de Ciudadanos, Albert Rivera.

"Creía que (el presidente estadounidense Donald) Trump no iba a ganar y ganó; que el Brexit no iba a pasar, y pasó. Y pensaba que Ciudadanos no iba a pactar con la ultraderecha y pactó. Y la ultraderecha en este país es temible", advirtió, apocalíptico, el líder socialista, quien mencionó algunas de las propuestas más reaccionarias de Vox, cuyo apoyo sería clave ante una eventual mayoría del bloque de derecha.

"Usted no es mi adversario", lanzó Casado a Rivera, quien intentó erigirse como el líder idóneo de la derecha, ante un PP al que a la vez que tendió la mano reprochó su pasado de corrupción.

Pablo Iglesias, por su parte, advirtió que la fragmentación política es una realidad y que "se acabaron los gobiernos de partido único", de ahí que tendió la mano a Sánchez para un Ejecutivo de coalición, aunque también lo desafió a responder si va a pactar con Ciudadanos, como ya hizo en el pasado.

Los cuatro principales candidatos a la presidencia del gobierno, el socialista Sánchez, el conservador Casado, el liberal Rivera y el progresista Iglesias, de Unidos Podemos, se midieron en la televisión pública RTVE en un primer e intenso debate, que se reeditará mañana. Estos encuentros cree serán decisivos en el marco de una de las campañas más inciertas de la historia democrática de España.

Con uno de cada cuatro electores aún indecisos, los sondeos pronostican un triunfo del PSOE de Sánchez con cerca del 30% de los votos, pero son incapaces de determinar quien alcanzará la mayoría parlamentaria, que es lo que define el signo del futuro gobierno.

Este martes tendrá lugar la "segunda vuelta" organizada por las cadenas televisivas de Atresmedia, a también a las 22 hora de España (17 de Argentina) y con el mismo formato.

En el primer round todo estuvo medido al milímetro, desde las llegadas hasta los turnos de intervención se decidieron por sorteo, algo que provocó la queja de Casado, quien exigía abrir o cerrar el debate en su condición de líder de la oposición.

Tras una campaña que hasta ahora no logró mover la intención de voto y en contexto con tan elevado porcentaje de indecisos, Sánchez era el que más tenía que perder, porque encabeza las encuestas y la percepción de que el bloque de derecha no alcanzará la mayoría absoluta puede terminar perjudicando a los socialistas, que necesitan al máximo al electorado de centro izquierda.

Su estrategia fue ejercer de presidente y en parte lo consiguió, yendo de menos a más, hasta lanzar la idea de que sólo había dos opciones: "avanzar o retroceder".

"Hagamos una enorme moción de censura el 28-A contra la desigualdad, la corrupción y la crispación", dijo, enarbolando un modelo de consenso frente al la confrontación de la derecha.

La gran sorpresa del debate ha sido la agresividad de Albert Rivera, quien logró romper la estrategia de Casado y su pretensión de convertir el debate en un cara a cara con Sánchez.

"Quiere indultos a cambio de escaños. Es una emergencia nacional enviar a Sánchez a la oposición", dijo Rivera, quien abrió el debate con los tacones de punta.

Fueron Rivera y Sánchez los que llevaron la voz cantante, mientras Casado estuvo más desdibujado, lanzando acusaciones previsibles - e infundadas- como que el líder socialista había negociado la "autodeterminación" con los separatistas catalanes.

Pablo Iglesias, en tanto, se puso del lado de Sánchez: "pese a las dificultades nosotros estamos dispuestos" a apoyarlo fue su compromiso.

 Participaron, en un clima tenso donde cada paso fue decidido por sorteo -desde la llegada al estudio de televisión hasta el orden de exposición y la salida del canal-, los cuatro principales candidatos: Pedro Sánchez, actual presidente del gobierno y secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE); Pablo Casado, del Partido Popular (PP); Albert Rivera, candidato de Ciudadanos (Cs), y Pablo Iglesias, de Unidos Podemos.

Los cuatro apuntaron a conquistar a los ocho millones de electores que todavía no han decantado su voto para el domingo.