El papa Francisco pudo ver con sus propios ojos las atrocidades y la devastación que causaron los terroristas del Estado Islámico
En la devastada Mosul, rodeado de escombros y ante las cuatro iglesias cristianas destrozadas de la plaza Hosh al Bieaa, donde una vez jugaban los niños cristianos y musulmanes, Francisco rezó por las víctimas de todas las guerras en su tercer día de visita al país árabe.
