Después de una mañana vibrante y nostálgica en el museo Harley-Davidson, nos despedimos de Milwaukee con una última parada en la tienda de regalos del museo, donde las camperas de cuero, los cascos con historia y los llaveros con el logo legendario se disputaban nuestra atención. Subimos al bus con el corazón acelerado y listos para seguir descubriendo Wisconsin.

Destino: Kohler
El viaje duró menos de una hora, pero el paisaje fue cambiando a medida que nos alejábamos de la ciudad. Llegamos al elegante y sereno Destination Kohler, un verdadero oasis de bienestar, naturaleza y sofisticación.

La primera parada fue el clubhouse de Whistling Straits, una joya arquitectónica enclavada frente al lago Michigan. Tomamos un breve coffee break con vista a uno de los campos de golf más espectaculares de Estados Unidos. Diseñado por Pete y Alice Dye, Whistling Straits ha sido sede de torneos legendarios como el PGA Championship y la Ryder Cup. Mientras el viento soplaba fuerte desde el lago y agitaba las banderas, no podía evitar imaginar a los grandes del golf compitiendo entre dunas, búnkers y esa brisa que lo vuelve todo más desafiante.

Allí, el majestuoso The American Club, el único resort de cinco estrellas Forbes en el estado y un verdadero ícono del lujo refinado del Midwest. Más que un hotel, es un centro de experiencias: spas, gastronomía de alto nivel, diseño impecable y un legado histórico que se respira en cada rincón. Todo está pensado para el descanso, la inspiración y el placer. Aunque nuestra parada fue breve, alcanzó para reconocer que aquí cada detalle está cuidado al máximo.

Kohler: de fábrica a destino de lujo
Visitar Kohler, este pequeño y encantador pueblo en Wisconsin, fue una sorpresa. No sólo por su refinamiento, sus jardines perfectamente cuidados o su ambiente de serenidad total, sino por la historia que guarda: la de una comunidad que nació de una fábrica… y se transformó en un destino de clase mundial.

Todo comenzó a fines del siglo XIX, cuando John Michael Kohler, un inmigrante austríaco, fundó en la región una fábrica de hierro fundido. En 1883, tuvo una idea que cambiaría para siempre el rumbo de la empresa y de la comunidad: tomó una bañera de hierro fundido, la esmaltó con porcelana y la vendió como un artículo de lujo para el hogar. Así nacía Kohler Co., una de las compañías más emblemáticas de Estados Unidos en productos para cocina, baño y diseño de interiores.

Pero Kohler no solo fue visionario en el diseño industrial, también lo fue en lo social. Fundó una comunidad modelo en torno a la empresa, donde sus trabajadores pudieran vivir con dignidad, rodeados de naturaleza, arte y servicios. Ese legado de cuidado y bienestar se mantiene vivo hasta hoy.

En el corazón del pueblo se encuentra The American Club, el lujoso hotel donde tuvimos el privilegio de detenernos. El edificio, construido originalmente como residencia para los trabajadores inmigrantes de Kohler Co., fue completamente restaurado y convertido en un hotel de cinco estrellas. Hoy en día, es el único resort en Wisconsin con distinción Forbes Five-Star y AAA Five-Diamond.

Caminar por sus pasillos de madera oscura, con alfombras gruesas, arte en cada rincón y un aroma tenue a lavanda, es como entrar en otro mundo. Aquí se respira historia, pero también diseño, confort y un nivel de hospitalidad difícil de encontrar. Cada habitación está decorada con el sello de calidad de Kohler: grifería impecable, baños dignos de un spa y una atmósfera de absoluto relax.

Tuvimos la suerte de hacer un pequeño recorrido por las instalaciones, y es fácil entender por qué este lugar es elegido por viajeros de lujo, golfistas de élite y amantes del bienestar de todo el mundo. Es, sin duda, uno de los grandes tesoros escondidos del Midwest.

De Kohler a Green Bay:
Volvimos a la ruta hacia el norte, atravesando campos verdes y pequeñas localidades que completan ese retrato de un Wisconsin tranquilo y hospitalario. Pasadas las 5:30 de la tarde llegamos a nuestro destino final del día: Green Bay.

Famosa por sus Packers y su vibrante historia deportiva, Green Bay nos recibió con su brisa lacustre y una energía especial. Nos alojamos en el moderno Aloft Hotel, ubicado junto al río Fox, en la zona de Ashwaubenon. Diseño contemporáneo, colores vibrantes y un ambiente relajado nos esperaban para cerrar esta etapa del viaje con estilo.