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¿Conoces la diferencia entre iGaming y eGaming?
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A menudo, los términos ingleses iGaming y eGaming se usan como si fueran sinónimos, pero se refieren a diferentes conceptos. Aunque es cierto que, con la evolución de la tecnología y el desarrollo del entretenimiento digital, la distancia entre ambos sectores cada vez se estrecha más, resulta necesario diferenciarlos.
En este artículo te explicamos qué diferencias hay entre estos dos tipos de entretenimiento digital y por qué es importante distinguirlos.
¿Qué diferencia hay entre eGaming y iGaming?
La diferencia entre estos dos conceptos resulta evidente cuando definimos qué quieren decir. El iGaming sería lo que en español llamamos «juego» a secas, y se define como el acto de apostar dinero en juegos con un resultado incierto y un componente de riesgo alto.
La industria del iGaming incluye las apuestas deportivas, los juegos de casino online (como las tragaperras Book of Dead o Joker Casino), los juegos de cartas como el póker o el blackjack, la lotería y demás. El iGaming incluye tres elementos básicos: el dinero apostado, el azar o riesgo, y la posibilidad de ganar premios en función del dinero apostado.
El eGaming, por contra, es la abreviatura de «electronic gaming» y vendría a ser todo aquello relacionado con los videojuegos. Si naciste en el siglo XX, es probable que hayas jugado a clásicos como el Super Mario, el Street Fighter o el Sonic en una consola o PC. Hoy en día, el eGaming engloba todos los videojuegos (informales o de competición) que se juegan en red.
Los géneros más populares son los MOBA (juegos de batalla en línea multijugador), los FPS (juegos de disparos en primera persona), los RTS (juegos de estrategia en tiempo real) y los juegos de combate. Algunos de los títulos de eSports más importantes entran dentro de estas categorías, como el Fortnite, el Call of Duty, el League of Legends, el Counter-Strike y demás.
A diferencia del iGaming, que se basa más en el azar, en el eGaming predomina la habilidad y la estrategia. Y, aunque es cierto que en el eGaming también se invierte dinero, no hay presente el elemento del riesgo. Muchos videojuegos son gratuitos y, aunque hay que pagar por la consola, el PC, la suscripción o las mejoras, el objetivo principal del eGaming es divertirse y entretenerse.
Ahora que ya hemos visto la definición de ambos sectores, descubramos qué diferencias presentan.
Estatus legal
El estatus legal del iGaming y el eGaming es otra diferencia clave. Por un lado, el eGaming es legal y está ampliamente aceptado en la mayoría de los países, con restricciones de acceso mínimas. La gente puede jugar a videojuegos y participar en torneos online sin preocuparse de si está quebrantando la ley o no.
En cuanto al iGaming, la legislación varía mucho de un sitio a otro. En algunos países, el juego se rige por leyes estrictas que solo lo permiten a través de ciertos operadores con licencia. En otros, está directamente prohibido, como es el caso de los países árabes.
Ello puede provocar que, en ocasiones, los jugadores encuentren opciones de iGaming legales. Por lo tanto, los amantes del juego deben conocer la legislación del país donde se encuentran.
Demografía y socialización
Otro punto de divergencia lo encontramos en materia de demografía y socialización. Los videojuegos online atraen a una gran variedad de gente, sobre todo jóvenes amantes de los retos de habilidad, de la competición y del entretenimiento interactivo. En este tipo de juegos, existe un fuerte sentimiento de comunidad y, para muchos, el atractivo principal yace en las relaciones sociales que se derivan del juego.
En cambio, el iGaming suele atraer a un público diferente, más centrado en las apuestas y en la posibilidad de ganar dinero. Este público suele presentar una media de edad más alta, lo cual es bastante normal si tenemos en cuenta que, en la mayoría de los países, la ley del juego prohíbe apostar a menores de 18 años. Aunque también existe un pequeño componente de socialización y competitividad, como es el caso del póker online, la mayoría de la gente se mueve por la emoción del riesgo y la esperanza de ganar dinero.
¿En qué puntos convergen las dos formas de entretenimiento?
Aunque no lo parezca, existen puntos de encuentro entre ambos tipos de juego. Uno de ellos es la habilidad. Aunque hemos dicho que, en muchos casos, el iGaming es una cuestión de azar, juegos como el póker requieren una gran habilidad para poder ganar.
Cada vez más jugadores buscan estrategias para aumentar sus probabilidades de victoria. Los jugadores de póker profesionales son un buen ejemplo de ello. Como ocurre con los videojuegos, los jugadores de iGaming más exitosos son aquellos que practican, planean y juegan de forma inteligente para maximizar las ganancias.
La gamificación es otro buen ejemplo de cómo la industria del iGaming ha usado las bazas del eGaming para fomentar la participación de los jugadores. Elementos como los sistemas de puntos, los retos y los torneos, más comunes de los videojuegos, cada vez se usan más en el mundo del juego online. Así, en la industria del iGaming, encontramos puntos de fidelidad, bonos interactivos, torneos de tragaperras, clasificaciones de los mejores apostadores, etc., todo ello diseñado para atraer a nuevos jugadores y retener a los existentes.
Conclusión
Conocer las diferencias y similitudes entre el eGaming y el iGaming resulta esencial tanto para jugadores como para legisladores, ya que permite tomar decisiones informadas sobre la regulación y la accesibilidad a estas formas de entretenimiento digital.