Región:
EEUU
Categoría:
Turismo

Ravinia Festival: picnic gourmet y la voz eterna de James Taylor

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    Ravinia Festival: picnic gourmet y la voz eterna de James Taylor
Región:
EEUU
Categoría:
Turismo
Autor/es:
Por Karina Giorgenello @losviajesdekarina, Pablo Pla @pablitopla
Fecha de publicación:
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Si existe una forma verdaderamente especial de vivir la música durante el verano en Illinois, esa es sin duda en el Ravinia Festival. Enclavado en un parque de 36 acres en Highland Park, a pocos kilómetros al norte de Chicago, Ravinia es mucho más que un festival: es una celebración cultural con alma de picnic, un encuentro al aire libre que conjuga naturaleza, arte y comunidad desde hace más de un siglo.

Fundado en 1904, Ravinia es el festival de música más antiguo de América del Norte y, al día de hoy, uno de los más diversos musicalmente. Por su escenario han pasado figuras de todos los géneros: desde la exquisitez clásica de la Chicago Symphony Orchestra, que tiene allí su residencia de verano, hasta artistas contemporáneos como John Legend, Sheryl Crow, Norah Jones y, como fue en nuestro caso, el legendario James Taylor.

Llegamos al parque al atardecer, cuando la luz dorada empezaba a filtrarse entre los árboles. Lo primero que llamó nuestra atención fue la calma y el orden con el que la gente se acercaba a los portones. Familias, parejas y grupos de amigos llegaban con carritos, mantas, mesas plegables, y canastas llenas de manjares. Es parte esencial de la experiencia: aquí no se viene solo a escuchar música, se viene a compartir, a celebrar, a vivir la jornada completa.

En los amplios jardines del predio, los asistentes se instalan con una organización casi mágica. Cada grupo arma su rincón: hay quienes despliegan manteles elegantes, otros improvisan con sillas de camping. Pero lo que todos comparten es el arte del picnic. Sandwiches gourmet, tablas de quesos y fiambres, frutas frescas, dips, brownies caseros, botellas de vino y hasta champán bien frío. Vimos lámparas portátiles, candelabros, guirnaldas de luces y copas de cristal. Algunos incluso decoraban sus mesas temáticamente. Todo está permitido siempre que se respete el ambiente y se deje el lugar tal como se encontró, lo cual el público cumple a la perfección.

Mientras el cielo se oscurecía, se encendían las risas, las copas chocaban suavemente y los primeros acordes del concierto comenzaron a envolvernos. James Taylor subió al escenario con su calidez característica, y desde el primer acorde atrapó al público. Con su voz suave y su guitarra, tejió una noche que fue pura nostalgia y belleza. Canciones como "You've Got a Friend", "Sweet Baby James", "Fire and Rain" y "How Sweet It Is" se sintieron aún más íntimas entre los árboles, como susurradas al oído por un viejo amigo.

La comunión entre artista y público fue total. Mientras algunos cantaban bajito, otros simplemente se recostaban en el césped y dejaban que la música fluyera bajo las estrellas. Era como estar en una película de verano, donde todo lo cotidiano se vuelve extraordinario.

Al final del show, el regreso fue tan tranquilo como la llegada. Cada grupo levantó su espacio, guardó sus cosas y se despidió con sonrisas. Ravinia no es solo un festival: es una tradición profundamente arraigada en la vida cultural de Illinois, una experiencia multisensorial donde la música se vive con el cuerpo, la mente y el corazón.

Para quienes buscan vivir algo auténtico, cálido, diferente y profundamente memorable durante el verano en Illinois, una noche en Ravinia es un plan imprescindible.