Resulta que al consumir chocolate, el cerebro libera endorfinas y serotonina, generando una sensación de felicidad y bienestar. Estas son las mismas sustancias que se liberan durante la actividad sexual. Además, el chocolate contiene teobromina, que funciona de manera similar a la cafeína, aumentando la líbido.

En particular, el chocolate negro, gracias a la feniletamina que contiene, libera endorfinas no solo equiparables a las del sexo, sino también a las del enamoramiento. Por esta razón, en momentos de depresión leve o decaimiento, el chocolate puede actuar como un impulsor instantáneo del ánimo.

Pero el placer del chocolate no se limita solo al ámbito emocional. En cantidades moderadas, puede ser beneficioso para el corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Mejora la circulación sanguínea, ralentiza la oxidación del colesterol malo y aumenta los niveles de resistencia y energía, mejorando así nuestra vida sexual.

Además, el chocolate aporta energía, siendo un aliado útil en momentos de esfuerzo físico considerable, como puede ser el acto sexual. Sin embargo, los nutricionistas advierten que no todos los chocolates son iguales, siendo más beneficiosos aquellos con un contenido de cacao superior al 70%.

Un masaje sensual con chocolate puede revitalizar una relación apagada, ya que el chocolate se presenta como la combinación perfecta de amor y placer. Aquí te compartimos algunos motivos por los cuales el chocolate se considera un afrodisíaco:

Disfrutar de un buen chocolate es una experiencia sensorial que activa la serotonina, siendo comparable al acto sexual, considerándolo así afrodisíaco.

Conocido como el "químico del amor", el chocolate negro contiene feniletilamina, un compuesto que estimula y eleva el estado de ánimo, generando sensaciones de alegría y placer.

La combinación única de sabor y atracción del chocolate lo hace atractivo tanto para hombres como para mujeres, impactando positivamente en el estado de ánimo, la energía y la función sexual.

El cacao aumenta el flujo sanguíneo hacia los órganos sexuales.

Como con todas las cosas, la moderación es clave. El chocolate negro es preferible si se va a disfrutar regularmente.

Según la investigación, las mujeres que consumen al menos una porción de chocolate al día experimentan un aumento de la libido y una función sexual más intensa en comparación con aquellas que no lo hacen.

En definitiva, el chocolate se revela como un delicioso placer que no solo satisface nuestros sentidos sino que, en moderación, puede contribuir al bienestar emocional y físico, convirtiéndolo en un aliado inesperado en la búsqueda de una vida sexual más plena y satisfactoria.