En un escenario alarmante pero también de preparación científica, tanto la NASA como la ESA están intensificando sus esfuerzos para estudiar y mitigar la amenaza del asteroide 2024 YR4, cuyo tamaño oscila entre 40 y 90 metros de diámetro y podría impactar la Tierra el 22 de diciembre de 2032, con una probabilidad estimada en un 2,3%.

La misión OSIRIS-REx, ahora rebautizada como OSIRIS-APEX, se lanzará en 2029 hacia el asteroide Apophis, proporcionando datos cruciales sobre su estructura y composición. Esta iniciativa forma parte de los esfuerzos globales para desarrollar estrategias de defensa planetaria más efectivas.

Desde el exitoso impacto controlado del asteroide Dimorphos por la misión DART en 2022, hasta la próxima llegada de Hera al sistema binario Didymos-Dimorphos en 2026, las agencias espaciales han avanzado significativamente en técnicas para desviar asteroides potencialmente peligrosos. Estos avances representan un cambio de paradigma en la defensa planetaria, convirtiendo teorías en prácticas concretas respaldadas por misiones específicas.

El telescopio NEO Surveyor, programado para su lanzamiento en 2028, jugará un papel crucial al identificar con años de anticipación asteroides y cometas que representen una amenaza para nuestro planeta. Esta herramienta permitirá a los científicos y responsables de políticas desarrollar estrategias preventivas con la debida antelación.

La comunidad científica, respaldada por la ONU mediante el Protocolo de Seguridad Planetaria, está coordinando esfuerzos para mitigar riesgos y garantizar la seguridad global frente a eventos de impacto cósmico. Con cada nueva misión y descubrimiento, se fortalece nuestra capacidad para proteger la vida en la Tierra frente a eventos celestes de alto riesgo.