La capital de Colombia, Bogotá, enfrenta un severo racionamiento de agua potable debido a la sequía y la consecuente disminución de los niveles de los embalses que abastecen a una ciudad con una población cercana a los 12 millones de habitantes.

El alcalde Carlos Fernando Galán ha decidido tomar medidas, como el corte alternado del suministro por 24 horas en los barrios de la capital. Sin embargo, este esquema, que vencía este viernes 13, al parecer resultó insuficiente. Por lo tanto, ha ordenado a la empresa ACUEDUCTO de Bogotá que elabore un informe sobre el comportamiento de la población en cuanto al consumo de agua. Este informe dará paso a la imposición de multas para aquellas viviendas que hayan derrochado agua.

Estas medidas han sido recibidas de manera favorable, sin demasiadas complicaciones. Sin embargo, se ha puesto atención en los edificios de departamentos, donde los tanques de almacenamiento se encuentran completos. Esto ha generado que, durante las 24 horas de corte de agua, estos lugares no se vean afectados. La idea de la alcaldía, más allá del racionamiento en sí, es que los ciudadanos tomen conciencia de la escasez. Según los pronósticos, la situación persistirá el próximo año, ya que se espera una baja cantidad de lluvias y los embalses y represas se encuentran por debajo del mínimo deseable.

El sistema de corte rotativo de agua por barrios será evaluado por primera vez el 26 de abril. En ese momento, Galán decidirá si se extiende y si se añaden multas por derroche para los consumidores que no hayan cumplido con las medidas.