Esta semana, Adele, la artista de álbumes femenina más vendida del siglo XXI anunció su regreso, seis años después de su último álbum. Un nuevo single, Easy on Me, se lanzará el 15 de octubre. Se rumorea que su cuarto álbum, 30, será a mediados de noviembre.

Ella anunció su nueva era con dos portadas simultáneas de Vogue sin precedentes, sentada para entrevistas y sesiones de fotos separadas para las ediciones de la revista en EE. UU. y el Reino Unido.

Habló sobre su divorcio del director ejecutivo de organizaciones benéficas, Simon Konecki, con quien tiene un hijo de nueve años. Ella era la que se iba, le dijo a British Vogue. “No quería terminar como muchas otras personas que conocía. No era miserable, miserable, pero me habría sentido miserable si no me hubiera puesto a mí mismo en primer lugar ". Habló de la angustia que la separación había causado a su hijo, Angelo, y escribió su nuevo álbum en parte para ayudarlo a comprender la situación de sus padres.

También habló de la profunda ansiedad que provocó su tan discutida pérdida de peso. “Haciendo ejercicio, me sentiría mejor”, dijo. "Nunca se trató de perder peso, siempre se trató de volverme fuerte y dedicarme tanto tiempo todos los días sin mi teléfono".

Dijo que le molestaba la discusión sobre su cambio de apariencia física, en particular la insinuación de que se trataba de un "cuerpo de venganza" posterior al divorcio. “A la gente le encanta retratar a una mujer divorciada como si estuviera fuera de control, como, 'Oh, debe ser una loca. Debe haber decidido que quiere ser una puta. Porque ¿qué es una mujer sin marido? Es una mierda."

Ella le dijo a US Vogue: “Entiendo por qué es un shock. Entiendo por qué algunas mujeres resultaron especialmente heridas. Representaba visualmente a muchas mujeres. Pero sigo siendo la misma persona ".