José López se quebró por primera vez en su largo historial con la Justicia. El exsecretario de Obras Públicas, detenido desde hace más de dos años, confesó su rol en el esquema de pagos ilegales que ya atravesó distintas áreas del gobierno kirchnerista y dejó salpicados a una decena de empresarios.

El ex secretario de Obras Públicas declaró durante 5 horas ante el fiscal Stornelli. Ya no volverá a la cárcel de Ezeiza donde estaba preso hace más de un año.

José López, el ex secretario de Obras Públicas del kirchnerismo que se hizo conocido para el gran público cuando fue sorprendido ocultando bolsos con nueve millones de dólares en el convento de General Rodríguez, se convirtió en uno de los imputados colaboradores en la causa de los cuadernos de la corrupción. Después de más tres horas y una contundente declaración, ingresó al programa de protección dejando el Penal de Ezeiza donde estuvo alojado dos años.

“Fue una de las confesiones más importantes de la causa”, remarcó una fuente judicial al referirse a la declaración de José López quien firmó un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli para ser el próximo imputado colaborador en la causa en la que se lo acusa de ser partícipe necesario de la asociación ilícita que "comandaron Néstor y Cristina Kirchner" y que tuvo por objetivo "recaudar fondos ilegales" de las empresas contratistas del Estado.

Como integrante del extinto ministerio de Planificación Federal, José López cumplió un rol clave en la estructura investigada por el juez Bonadio, quien deberá homologar el acuerdo de colaboración que firmó con la Fiscalía.

José López contó cómo se distribuían las obras entre las empresas cartelizadas y apuntó "hacia arriba", en alusión a Julio De Vido y al matrimonio Kirchner, como principales autoridades del Ejecutivo Nacional. “Brindó mucha información".

Las empresas se ponían de acuerdo en cómo ofertar ante una licitación y allí decidían quién ganaba. Después, la firma adjudicataria acordaba con los ex funcionarios de Planificación Federal “cómo se pagaba” del 10% al 20% de adelantos financieros, que volvían casi completos a los funcionarios en modo coima. Este “sistema funcionaba sin importar quién ganara”, indicó Wagner. López no pudo negar el funcionamiento de esta maquinaria que alcanzaba a las obras de ingeniería civil.
 

La Nación y Clarín