Pedro Sánchez anunció la posibilidad de dimitir después de que una denuncia fuera presentada contra su esposa, Begoña Gómez, por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción.

Sánchez suspendió sus actividades públicas durante el resto de la semana y expresó su consideración de renunciar luego de que un tribunal iniciara una investigación sobre los negocios de su esposa tras la denuncia presentada por Manos Limpias, un grupo de presión con vínculos políticos de derecha.

En una carta publicada en las redes sociales, el presidente español lamentó lo que describió como "gravedad de los ataques" hacia él y su esposa, denunciando que la denuncia se basaba en informes provenientes de medios con orientaciones políticas abiertamente de derecha y extrema derecha.

Además, Sánchez acusó a sus oponentes políticos, especialmente a líderes del Partido Popular y Vox, de colaborar con la denuncia y generar una "operación de acoso e intimidación" con el objetivo de provocar su caída política.

A pesar del respaldo recibido por parte de colegas de su gobierno, como la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, Sánchez manifestó la necesidad de reflexionar sobre su continuidad en el cargo.

El presidente anunció que tomará unos días para pensar y cancelará sus funciones públicas mientras decide su futuro político, prometiendo comunicar su decisión el próximo lunes en una comparecencia ante los medios de comunicación.

Este periodo de reflexión surge después de que un juzgado de Madrid abriera diligencias de investigación contra su esposa por los presuntos delitos mencionados, lo que ha llevado a Sánchez a cuestionarse si debe continuar al frente del Gobierno o renunciar a su cargo.