Región:
España
Categoría:
Turismo

Vall de Núria: Un destino para todos

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    Vall de Núria Un destino para todos

Hay lugares que parecen sacados de un cuento de hadas. El equipo periodístico de ABC Mundial y Quiero Control F, durante su visita a los Pirineos, descubrió Vall de Núria: un sueño mágico de sensaciones y emociones que nos espera a 2000 metros sobre el nivel del mar. Durante nuestra estancia, Raúl Anquela, director del Hotel Vall de Núria, nos sumergió en la cultura, la gastronomía con productos de KMO, y la historia local, haciéndonos sentir no solo como visitantes, sino como parte de esta tierra mágica. Acompáñanos en este recorrido de "5 Sentidos" por esta joya de los Pirineos.

La vista: Un paraíso visual

Vall de Núria es un paraíso natural. No solo nos cautiva su espectacular paisaje, sino también su compromiso con la sostenibilidad. Los coches no llegan hasta aquí, están prohibidos, garantizando que el aire puro y la tranquilidad de la montaña no se vean perturbados. El acceso al valle fue una hermosa aventura en sí misma. Desde la estación de trenes Ribes Vila, un pintoresco pueblo a los pies de los Pirineos, tomamos el Tren Cremallera, una línea ferroviaria que en solo 35 minutos nos transportó desde la civilización hasta la serenidad de las alturas. Para quienes planeen visitar el lugar, es práctico saber dos cosas: primero, que en el tren admiten perros siempre y cuando lleven puesto su correspondiente bozal; segundo, que hay un parking gratuito en Ribes Vila. Con el mismo ticket del tren se incluye un paseo panorámico en teleférico, una audioguía y la visita al santuario de La Virgen de Vall de Núria.

Desde el momento en que el Tren Cremallera comenzó a ascender, el paisaje empezó a transformarse. Las montañas se elevaron como gigantes a nuestro alrededor, mientras los bosques de pinos y abetos se extendieron en un mar verde que nos pareció interminable. "Wow", dijimos, "nos estamos acercando a Vall de Núria". La primera vista del santuario y el hotel, enmarcados por las cumbres de las montañas y el cielo azul profundo, fue simplemente impresionante. Incluso nuestra colaboradora perruna, Tormenta, se quedó en silencio mientras contemplaba el lago que reflejaba las montañas como un espejo, junto a las flores silvestres que salpicaban de color los prados alpinos.

El olfato: Aromas de montaña

¡Hemos llegado! Tormenta celebraba. Lo primero que captó nuestra atención fue la austera pero imponente construcción que domina el paisaje: el Santuario de la Virgen de Núria. Este santuario, cuya construcción comenzó en 1910, es el corazón espiritual del valle. A su lado, el Hotel Vall de Núria se nos presentó como un oasis, con una característica que será delicia para muchos: es 100% pet-friendly. Tormenta celebró nuevamente.

El aire en Vall de Núria tiene un frescor único, cargado con el aroma limpio de la vegetación alpina. David Gelabert nos invitó a subir al bote y disfrutar de un paseo por el lago. Allí, en el corazón del valle pirenaico, respiramos y percibimos el dulce perfume de las flores, el aire puro de las montañas. Cada inhalación nos conectó con la pureza de la naturaleza, lejos del humo y la contaminación de la ciudad.

El oído: Sinfonía natural

Vall de Núria es un destino que ofrece algo para cada tipo de viajero. Desde los apasionados del senderismo, que encontrarán rutas serpenteantes por los bosques y montañas, hasta las familias que buscan un lugar tranquilo y seguro para disfrutar de unas vacaciones en plena naturaleza. Además, la escasa construcción en la zona garantiza que el paisaje siga siendo el protagonista.

El sonido de las campanas del Santuario de la Virgen de Núria no solo marcó el tiempo durante nuestra estancia, sino que pareció detenerlo. Nos invitó a la reflexión, a una pausa en medio de la inmensidad del valle. Es suave pero firme. Sonia Hidalgo Leduc, nuestra guía, nos reveló un secreto: "El silencio no es absoluto, sino un concierto natural". El viento acariciaba nuestras caras como lo hace con las hojas de los árboles, produciendo un susurro constante que nos acompañó en cada paso de la excursión. Mientras caminábamos por los senderos, las campanas guiaron nuestros pasos, recordándonos la presencia espiritual de este lugar sagrado. La paz que sentimos en Vall de Núria fue casi tangible. Tormenta celebró nuevamente.

El gusto: Sabores auténticos

La gastronomía en Vall de Núria es un reflejo de su entorno: sencilla, pero rica en matices. En el Hotel Vall de Núria nos deleitamos con platos que parecen haberse cocinado con el mismo amor que se pone en una receta familiar. Fue un acierto escoger la pensión completa con buffet. ¡Es impresionante! No dejen de probar la sopa de crema, la variedad de ensaladas, los vegetales frescos y los tipos de carnes tiernas hechas a fuego lento durante ocho horas. ¿Y el pan? ¡Recién horneado! Estaba crujiente por fuera y suave por dentro. Delicioso para acompañarlo con el queso de la zona. Y de postre, recomendamos el mousse de chocolate: cremoso, con ese toque justo que cierra una cena con una nota dulce y reconfortante. ¡Gracias Neus, Francisco y al resto de los trabajadores del buffet por hacernos sentir tan cómodos como en casa!

El tacto: Texturas de la tierra

Estamos terminando este viaje de 48 horas. Los senderos, algunos cubiertos de suave hierba, otros de piedra firme, ofrecen una variedad de texturas bajo los pies. Nos sentamos a la orilla del lago. Por última vez, sentimos la brisa fresca que rozaba nuestra piel y el calor del sol que se filtraba entre las nubes. "Es un lujo simple, pero profundo", escuchamos decir a un visitante mientras compartía un momento familiar.

Una experiencia que va más allá de los sentidos

Vall de Núria no es solo un lugar que se visita; es un lugar que se vive. Es un destino que nos dejó una huella profunda. Para quienes buscan un refugio donde desconectar del bullicio del mundo moderno y reconectar con lo esencial, aquí la naturaleza se presenta en su forma más pura, invitándonos a respirar profundamente, a escuchar atentamente y a saborear cada momento. Tormenta celebró nuevamente. Sabe que volveremos sin dudarlo.