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Europa
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Opinión

Europa: ¿Las márgenes del Canal de la Mancha intercambian sus destinos?

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    Sir Keir Starmer, Jordan Bardella y Le Pen Europa: ¿Las márgenes del Canal de la Mancha intercambian sus destinos?
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Autor/es:
Por Pablo Munini @pablomunini
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El domingo pasado a las 20 horas, al conocerse los resultados de las elecciones, muchos observadores coincidían en afirmar que la decisión del presidente Emmanuel Macron de disolver el Parlamento y convocar a elecciones legislativas había constituido tal vez el más irracional de sus actos de gobierno.

El “Rassemblement National” obtenía el domingo 30 de junio una sólida mayoría, idéntica a la lograda en la reciente elección de eurodiputados del 9 de junio, y anunciaba públicamente que Jordan Bardella sería el nuevo Primer Ministro de Francia.

La alianza de izquierda, “Le Nouveau Front Populaire”, conseguía casi un 28 por ciento de los votos, y “Ensemble”, la fuerza política de Macron, mejoraba levemente respecto al knock-out de las elecciones europeas, quedando en tercer lugar. Estos porcentajes de votos del segundo y del tercer grupo no podían ser leídos con una visión optimista; estas fuerzas políticas siguen siendo incompatibles y opuestas para unirse en una elección legislativa. El mismo Macron había marcado en sus discursos de campaña electoral las diferencias con Mélenchon. A ello se agregaba la grieta en el “barrage” (el dique) anti-Le Pen, creado por los republicanos con la salida de Éric Ciotti para aliarse con la extrema derecha.

La suerte parecía estar echada, y Francia se encaminaba a cruzar hacia el norte el Canal de la Mancha e iniciar una fase de “antieuropeísmo” que la separaría de los ideales del continente único y que exaltaría los entusiasmos de gobiernos próximos en la geografía y en las ideas.

El martes 2 de julio, la situación, sin embargo, tomó un curso que parecería frenar los sueños de la extrema derecha de gobernar Francia. Para impedir que Le Pen obtenga la mayoría absoluta que llevaría irremediablemente a Bardella al “Palacio Matignon” como Primer Ministro, se registró una ola de acuerdos de desistimiento, gracias a los cuales 218 candidatos pertenecientes a los partidos de la coalición de izquierda o al macronismo, sin posibilidad de triunfar, retiraron su candidatura para que el candidato contrario a la extrema derecha reciba mayores votos y pueda vencer en su circunscripción.

Según las últimas previsiones en este contexto, el “Rassemblement National” no alcanzaría la mayoría absoluta, para lo cual se necesitan 289 diputados, logrando una cifra que hoy se cree será de 240. La coalición de izquierda oscilaría entre los 150 y 170 escaños, y muy sorprendentemente, el bloque macronista obtendría entre 100 y 130 legisladores. La consecuencia sería que Francia formaría un gobierno “técnico”, siguiendo el ejemplo italiano de Draghi. Macron no fue tan irracional entonces y habría seguido una estudiada estrategia.

Este escenario optimista debe ser evaluado con precaución y cautela. En las últimas elecciones legislativas del año 2022, el movimiento de extrema derecha obtuvo el doble de los escaños que habían sido previamente pronosticados. Los sondeos electorales no habían interceptado la abstención de muchos votantes.

Nada garantiza entonces que el domingo algo idéntico pueda suceder y que para muchos votantes de izquierda sea más fuerte el rechazo a las políticas de Macron o bien que para los macronistas votar por la izquierda sea peor que aceptar a la extrema derecha, en algunos aspectos como la inmigración, más cercana a su pensamiento.

Anoche, jueves 5 de julio, en la otra margen del Canal de la Mancha, Sir Keir Starmer, hijo de la clase trabajadora, infligía a los Tories conservadores la derrota más humillante de la historia desde el año 1832. 410 escaños sobre un total de 650 pasan a los vencedores laboristas.

El Brexit y 14 años de corrupción, escándalos y mal gobierno de los conservadores han empobrecido severamente al Reino Unido y llevado a la población a aplicar esta sanción ejemplar a los conservadores.

La victoria laborista adquiere por lo tanto aún mayor importancia, de la gran dimensión que por sí tiene, si se evalúa en función de lo que está sucediendo en el resto de Europa y en Occidente. En su comentario de hoy en el cotidiano “La Repubblica”, el periodista italiano Claudio Tito expresa que “en la victoria histórica del Partido Laborista británico existe una lección y un pedazo de esperanza. El populismo y las extremas derechas como se manifiestan en Europa y el mundo actualmente pueden ser derrotados. Para ello se necesita un proyecto político. Un diseño. Porque los mensajes de la demagogia nacionalista sólo pueden enfrentarse con ideas”.

¿Combaten las fuerzas contrarias al “Rassemblement National” en Francia con ideas o solo con una estrategia electoral que permita lograr más votos? Aunque muchas de las propuestas del partido de extrema derecha son impracticables, en Francia en realidad se combate a la extrema derecha con acuerdos electorales y no con ideas. El fantasma de la extrema derecha en el poder no está entonces despejado.

Los franceses, perdidos en un presente que les asusta, ¿renunciarán el domingo a las libertades constitucionales y republicanas a cambio de una dosis masiva de “ley y orden” o de “fronteras cerradas”? ¿Iniciará Francia el cruce del Canal de la Mancha para intercambiar el destino que el Reino Unido ha dado el primer mensaje claro de querer abandonar?

Keir Starmer, el primer ministro “in pectore”, evitó cuidadosamente hacer referencia a un nuevo referéndum para volver a unir el Reino Unido al destino de la UE. Hubiese sido sin dudas una provocación al artífice del Brexit, Nigel Farage, que ha tenido un resultado positivo en las elecciones.

El Reino Unido, sin embargo, ha iniciado ayer el viaje de regreso hacia el sur, hacia Europa, generando esperanzas no solo en todo el continente, también en todo el mundo occidental.

¿Las márgenes del Canal de la Mancha intercambiarán el destino? ¿O la fuerza arrolladora de esta nueva etapa que anoche empezó en el mundo del Brexit será también un estímulo para determinar la decisión de millones de votantes en Francia? Los enviados de los medios franceses entrevistaban los días antes de las elecciones británicas a ciudadanos ingleses comunes que no escondían la desesperación económica personal, consecuencia del Brexit y las políticas de los Tories durante más de diez años.

En Francia ya nadie pronuncia la palabra “Frexit”.