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- Europa
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- Sociedad
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- Enfoques
La UE apura el ingreso de extranjeros para puestos laborales que no puede cubrir
Alemania, Francia, Bélgica, Portugal y también, en menor medida, España, han establecido nuevas reglas para favorecer el ingreso de trabajadores que puedan ocupar los puestos vacantes.
La falta de trabajadores es una realidad en el continente europeo. Tanto es así que varios países están implementando diversas medidas para facilitar el ingreso a sus fronteras de mano de obra de ciudadanos que no pertenecen a la Unión Europea.
La escasez se acentúa en algunos sectores tales como la enfermería, la fontanería y también el transporte de carga a distancia, aunque también hay otros rubros en los que la ausencia de personal es muy notoria.
La hostelería, el turismo y el mercado digital no son ajenos a esa realidad. Algo idéntico sucede en otros ámbitos donde la necesidad de contratar personal cualificado, como médicos e ingenieros, se hace cada vez más urgente.
Para contrarrestar esta situación, Alemania, Francia, Bélgica, Portugal y también, en menor medida, España, han establecido nuevas reglas para favorecer el ingreso de trabajadores que puedan ocupar los puestos vacantes.
Alemania, por ejemplo, ha dispuesto otorgar visas temporales de permanencia en su territorio sin la obligación de contar con un permiso de trabajo. También ha agilizado la homologación de títulos en un intento de allanarle el camino a los candidatos a ocupar plazas laborales.
Francia, por su lado, tiene en preparación una nueva ley para inmigrantes sin papeles que prevé también incluir a los demandantes de asilo para que puedan integrarse más fácilmente al mundo del trabajo.
Bélgica ya está propiciando un permiso que tiene la particularidad de conceder autorización para trabajar y además para residir en su territorio y Portugal también se suma a esta corriente de apertura otorgando visados que permiten la permanencia legal durante 180 días.
España, asimismo, posee un déficit en ciertos trabajos que requieren una formación.
Las razones de la falta de trabajadores en diversos sectores se debe a varias razones. Una de ellas tiene que ver con el bajo índice de natalidad que se registra en forma general en Europa. Esto provoca que ciertos puestos no puedan ser cubiertos una vez que las personas cumplen la edad mínima para retirarse del mercado activo para jubilarse. En la actualidad, hay solo tres personas por cada una que cumple 60 o 65 años y no siempre están preparadas para reemplazar a quien deja de trabajar.
Otra ha sido también la pandemia que ha desacelerado la actividad hotelera y turística en su momento más crítico lo que propició que muchos empleados dejasen sus puestos para buscar otras oportunidades. Incluso muchos de ellos retornaron a sus países de origen, fuera del territorio europeo.
Otra cuestión importante a tener en cuenta es que el crecimiento del mercado tecnológico ha desnudado la carencia de personal especializado en el Viejo Continente lo que obliga, entonces, a buscarlo en otros mercados para satisfacer la demanda interna.
Europa está, entonces, ante una perspectiva que debe solucionar por lo que ya está aplicando decisiones para abrir sus puertas a quienes, sin ser comunitarios, ocupen funciones y puestos que necesita cubrir de inmediato.