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Qué es y quienes impulsan el fenómeno “No Vax“ que crece en Europa
El fenómeno social individual del rechazo a la obligación de vacunarse no es la consecuencia de la pertenencia o la adhesión a una corriente política sino que es en primer lugar el reflejo de convicciones personales sobre valores y derechos individuales, de incuestionable rango constitucional, que se sienten avasallados en la gestión “política” de la crisis Covid.
La derecha radical, chalecos amarillos, populistas, conspiradores. El componente político del movimiento “No Vax“ en Europa es muy variopinto.
Este movimiento político se ha internacionalizado y se lo presenta como dominado, sobre todo en algunos países como los del Este, por los partidos de la derecha soberana.
Sin embargo, el fenómeno social individual del rechazo a la obligación de vacunarse no es la consecuencia de la pertenencia o la adhesión a una corriente política sino que es en primer lugar el reflejo de convicciones personales sobre valores y derechos individuales, de incuestionable rango constitucional, que se sienten avasallados en la gestión “política” de la crisis Covid.
Las últimas encuestas encargadas por el Parlamento europeo revelan que el 29% de los europeos no considera que la inmunización farmacológica contra el Covid sea un "deber cívico" ; este último el concepto ideológico propugnado por quienes sostienen la obligación de vacunarse.
No se trataría en principio entonces de un rechazo a la vacuna en si misma , sino a la “obligación” de vacunarse.
Quiere decir que más allá de las teorías conspiracionistas o de complot a las que hacen referencia los grupos más radicalizados que hablan de diseños ocultos para el control de la población o una puesta en escena de los grupos farmacéuticos , a nivel individual las motivaciones para rechazar la vacunación son otras.
Existe también el fenómeno llamado “Vaccine hesitancy” o de indecisión ante la vacunación , acentuado notablemente en el actual contexto. Muchas de las personas que no se adhieren a las vacunas no son "no-vax" , simplemente tienen miedo, tienen muchas preguntas que no pueden encontrar respuestas o han recibido información contradictoria. O creen simplemente que una vacuna no suficientemente experimentada no brinda garantías.
A este respecto miles de trabajadores del sector sanitario en Italia , que fueron obligados por ley a vacunarse han presentado un recurso ante la Justicia en el cual expresan que la “ obligación se refiere a una vacuna que no tiene garantizada ni seguridad ni eficacia, ya que la comunidad científica es unánime en considerar insuficiente el experimento realizado, tanto desde un punto de vista objetivo como temporal".
El ordenamiento jurídico de la Unión europea delega en los Estados miembros la regulación legislativa del tema de las vacunas , encontrando come límite el artículo 8 de la CEDU que prohibe toda injerencia en el derecho al respeto de la vida privada.
El Reglamento UE 953/2021, se ocupó por su parte de aclarar que “es necesario evitar la discriminación directa o indirecta contra personas que no han sido vacunadas” o “que han optado por no vacunarse ”.
El artículo 32 de la Constitución italiana permitiría la imposición de una vacunación obligatoria contra el Covid en cuanto expresa que tratamientos sanitarios obligatorios pueden ser introducidos , con la condición que nazcan de una ley del Parlamento y que se respeten los límites impuestos por el respeto de la persona humana.
En efecto Italia promulgó la primera ley de vacunación obligatoria, circunscripta al sector sanitario.
Para el resto de la población introdujo a través de un decreto ley el “Green Pass “ ( pasaporte sanitario) el cual gradualmente fue ganando terreno y se impuso como obligación, ahora general , en el puesto de trabajo sea público, privado o autónomo.
Quien no desea vacunarse para obtener el “ Pass” , puede presentar un test de limitada validad temporal, del cual tiene que hacerse cargo del costo.
“ Pagar para trabajar “ sostienen quienes se oponen. “Discriminación “ dicen otros. Dos categorías de ciudadanos se crearían , los de clase A en poseso del “Green Pass “que pueden gozar de todos los derechos constitucionales y los de clase B, que ven condicionados y limitados sus derechos.
“El Green Pass no es una limitación de las libertades, sino una condición para ejercer ciertas libertades en una situación de seguridad “, expresan por su parte sus sostenedores.
La “ manzana de la discordia “ es entonces verde y es el “Green Pass”.-
El derecho a manifestarse y a expresar oposición a las consecuencias del “Green Pass “ es legítimo y trasciende el color político que pretende atribuirse a las manifestaciones .Ello no significa sin embargo que se acepten los hechos violentos como los sucedidos en Roma hace 10 días.
El sábado pasado participé en Milano a la manifestación ,que fue escoltada por las fuerzas de seguridad por no haber sido autorizada, en la cual hubo más de 10 mil personas presentes. Me separé del grupo cuando bailaban y cantaban ocupando pacíficamente la Plaza Loreto.