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Pappalardo lideró una protesta de los chalecos naranjas en Piazza del Duomo de Milán
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El “Duomo" que había sentido durante varios meses la nostalgia de la multitud en su plaza, vivió las dos primeras manifestaciones, a pesar de estar aún prohibidas por las disposiciones vigentes. Una de ellas fue la encabezada por Antonio Pappalardo y los llamados chalecos naranjas quienes protestaron contra el Gobierno sin mascarillas y afirmando que el virus es una invención.
Las fuerzas de policía que estaban custodiando la Piazza del Duomo permanecieron pasivas, tal vez porque frente a la protesta se encontraba una figura histórica de la misma arma, el general Antonio Pappalardo.
El acto reunió un número importante de personas que al grito de “ Libertà, “ Libertà" desobedecieron expresamente a la obligación de llevar el barbijo y de mantener la “distancia social" porque consideran al coronavirus como parte de un proyecto político para entregar la soberanía a China.
La manifestación se repitió simultaneamente en otras 30 ciudades de Italia, creándose en Roma conflictos con las fuerzas del orden.
Los participantes del movimiento usan un chaleco naranja y se autodenominan “gilet arancioni". No obstante la semejanza en el nombre con los “gilets jaunes" franceses , probablemente buscando con ello mayor atención del público y los medios, las diferencias políticas son sustanciales. El movimiento de Pappalardo esta decididamente orientado hacia el soberanismo y hacia la derecha más extrema.
El movimento de los “gilet arancioni" pide el fin del gobierno de Giuseppe Conte porque no ha sido votado por el pueblo; el establecimiento de una Asamblea Constituyente para aprobar una nueva ley electoral en línea con los principios constitucionales y la renovación del parlamento en octubre, considerando los actuales miembros abusivos en sus funciones, la acuñación de la moneda nacional, la lira italiana, para distribuir a las familias sin ingresos y a las micro, pequeñas y medianas empresas para la recuperación de sus actividades productivas.
Expresan además su fuerte repudio a las multinacionales del fármaco que imponen vacunaciones obligatorias.
La ira del intendente de Milan, Beppe Sala ante el acto fue immedita; a través de un twitt pidió al Prefecto de Milán, denunciar a los participantes , calificando la manifestación como un acto irresponsable en una ciudad que esta luchando con mucho esfuerzo por salir de la actual situación en que se encuentra.
Marco Fumagalli ,jefe del la sección de la Lombardia del “Movimiento 5 stelle” , partido actualmente parte de la coalición gubernamental a nivel nacional , fue aún más lejos y expresó que "si a partir de mañana aumentan los contagiados, ya sabemos quienes son los responsables".
Más allá de las ideologías y las propuestas , es evidente que el deseo de manifestar en público y expresarse libremente esta tomando fuerte impulso en la sociedad italiana y nada parece detenerlo.