Región:
Argentina
Categoría:
Sociedad
Article type:
Opinión

Palabras de despedida del Encargado de Negocios de Líbano

Región:
Argentina
Categoría:
Sociedad
Article type:
Opinión
Autor/es:
Por George El Jallad
Fecha de publicación:
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Como cónsul de la tercera colectividad más importante de Argentina, debo confesar que quedé muy sorprendido por el apego y el amor que esta tercera generación de libaneses sigue sintiendo hacia su país de origen.

Me quedan unos pocos días antes de dejar la Argentina para volar hacia mi nuevo destino. Trato de enfocarme en el nuevo país que me espera para evitar de pensar en esta querida Argentina que dejo, pero me cuesta.
Ya han pasado seis años desde mi llegada a esta tierra llena de gente tan cálida, y pronto me tendré que ir, llevándome seis años de los recuerdos más lindos y valiosos de mi vida.
Qué extraño fue llegar a este país sin conocer a nadie, ni hablar una sola palabra de castellano, y aun así jamás sentirme un extranjero. Seis años más tarde, siento que verdaderamente estoy dejando a una gran familia.

Como cónsul de la tercera colectividad más importante de Argentina, debo confesar que quedé muy sorprendido por el apego y el amor que esta tercera generación de libaneses sigue sintiendo hacia su país de origen. No dejo de sentir una inmensa admiración ante los logros considerables que han alcanzado, y me siento tan afortunado de haber tenido el honor de vivir en este país y de haber trabajado en conjunto con esos dignos hijos y nietos del Líbano. Es un orgullo poder constatar que tantos sacrificios y esfuerzos los han convertido en un pilar respetado e indispensable en este país.

Quizá los sorprenda al decir que la Argentina es muy parecida al Líbano: el mar, las montañas, los valles, el vino, ¡y las empanadas! …La gente, respetuosa, cálida y hospitalaria…
Pasear por Recoleta y Palermo siempre me recuerda las calles de Ashrafieh, las caminatas en Mendoza me recuerdan el Valle del Bekaa, la Patagonia me hace sentir como si estuviera en el norte del Líbano, la costanera de Mar del Plata es tan parecida a la “corniche” de Beirut… Así que supongo que se entiende por qué nunca me sentí un extranjero en este país.

Extrañaré los lindos domingos que arrancan con un desayuno con medialunas, los paseos por plaza Serrano comiendo un helado, las previas con Fernet de los sábados a la noche, las discusiones apasionadas de los argentinos acerca de la política y de la economía... los asados, la entraña que tanto me gusta y el aplauso para el asador, las risas y el amor por la vida que tienen los argentinos...

En el trascurso de los años que llevo viviendo y trabajando aquí, siempre hice mi mejor esfuerzo para hacer conocer a mi país e incentivar a los argentinos a visitarlo, por lo que me pone particularmente feliz constatar el incremento en el número de turistas argentinos que eligen al Líbano como destino. Asimismo, me da mucho orgullo cruzarme con gente que visitó mi país, y que con brillo en los ojos me cuenta de su belleza y de las similitudes que le encontraron con la Argentina, a pesar de la distancia que los separa.

Hoy, siento que la Argentina se ha convertido en mi segundo país, y estoy tan agradecido a los argentinos y a la Argentina por todo lo que me enseñaron, como su alegría de vivir, su esperanza que jamás muere, su tolerancia hacia el otro y su paciencia- ¡a la excepción de cuando manejan!

Si bien me tenga que ir de este querido país, un pedazo de mi corazón se quedará aquí para siempre. La Argentina se ganó indudablemente un fiel representante más, un diplomático del corazón, que la defenderá con amor siempre, dondequiera que lo lleve el destino.

Esto no es un adiós, sino un hasta pronto, Argentina.