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Elecciones Francia: Le Pen en Beirut, Republicanos con Fillon y Macron desmiente rumores
La candidata presidencial por el Frente Nacional, Marine Le Pen, visitó el Líbano. Nicolás Zarcozy, presidente de Los Republicanos, partido de Fillon, contra Hollande. Y el líder de ¡En marcha!, Emannuel Macron, desmiente rumores de homosexualidad.
El ambiente electoral en Francia comienza a recalentarse de cara a los comicios presidenciales que se celebrarán el 23 de abril y, si hubiera necesidad de una segunda vuelta, el 7 de mayo de 2017. La candidata del Frante nacional, la ultraderechista, Marine Le Pen y el exministro de Economía, Emmanuel Macron, son los favoritos a la presidencia. En tanto se aproxima la fecha se observan los movimientos políticos para afianzarse en las encuestas. "Expresé al señor primer ministro mi análisis de la situación, que vengo expresando desde el inicio de la crisis siria: no disponemos de ninguna solución viable aparte de la elección entre Bashar Asad y el grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico", aseguró a los medios tras su reunión con el premier libanés. Anteriormente Le Pen se reunió con el presidente del Líbano, Michel Aoun, siendo este el primer encuentro de la líder del Frente Nacional con un mandatario extranjero. En los noventa, Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, fundador del Frente Nacional (FN), trabó amistad con el general libanés Michel Aoun, exiliado en Francia y hoy presidente de Líbano. Con estos avales, la candidata Marine Le Pen rompe ahora el aislamiento internacional con este para ser recibida por primera vez por un jefe de Estado. En plena campaña de las presidenciales francesas, Le Pen da este lunes en Beirut el simbólico paso que le abre la primera puerta en sus relaciones extranjeras al más alto nivel. El Líbano, que fue un protectorado de París tras la I Guerra Mundial, mantuvo vínculos especiales con la antigua metrópoli. Jean-Marie Le Pen, también visitó varias veces el país. El ex primer ministro Rafic Hariri, padre del actual jefe del Gobierno y asesinado en 2004, era amigo del entonces presidente francés, Jacques Chirac, a quien cedió una de sus casas compradas en París a orillas del Sena. El actual presidente François Hollande visitó Beirut el año pasado tras firmar un acuerdo para rearmar a su Ejército. Empresarios libaneses, además, participan tradicionalmente en la financiación de las campañas electorales de varios partidos. El 23 y 24 de enero visitó Beirut Emmanuel Macron, otro favorito en las encuestas para llegar al Elíseo, y organizó un encuentro con empresarios. Le Pen se encuentra con buenas expectativas tras conocerse, según sondeos, que ganaría la primera vuelta en las presidenciales. Pero, parece que con esto no alcanza, los partidarios del Brexit le pidieron que no apareciera por el Reino Unido durante el proceso pese a que ella defiende el Frexit. Tampoco Donald Trump quiso verla cuando la dirigente francesa visitó la Trump Tower en enero. En Israel, el Gobierno se vio obligado el mes pasado a difundir un comunicado para decir que Nicolas Bay, secretario general del FN, estaba en Francia en visita privada y no como él insistía “para reforzar contactos con país amigo”. El Ejecutivo israelí recordó los orígenes antisemitas del FN y aseguró que algunos políticos o militares se hicieron fotos con él y conocidos comunes sin saber quién era. El atentado contra Charlie Hebdo provocó una ola de solidaridad con el Gobierno a la que se sumaron todas las fuerzas políticas. Sin embargo, el 13N empezó a resquebrajar el apoyo interideologías. La matanza de Niza ha sido la gota que rebalso la paciencia y dinamitó la unión contra el terrorismo, disparando las críticas contra François Hollande y su gabinete. El expresidente Nicolas Sarkozy, que lidera Los Republicanos, partido del candidato François Fillon, tuvo críticas feroces contra la política antiterrorista del Gobierno. "Todo lo que se debería haber hecho desde hace 18 meses no se ha llevado a cabo", dijo el presidente de la formación de centro derecha, que enumeró las medidas que a su juicio deberían haberse implementado: "abrir centros de desradicalización, expulsar del país a los extranjeros fichados con la letra "S", (que designa a los sospechosos de estar ligados a redes terroristas islamistas), equipar con una tobillera electrónica a los fichados "S" franceses o recluirlos en un centro de detención". Asimismo, el exjefe de Estado señaló la absoluta necesidad de reorganizar y unificar los servicios de inteligencia y de crear una eficaz unidad de inteligencia en las cárceles, donde, dijo, hay que aislar a cada individuo condenado por terrorismo o colaboración con ISIS. Sarkozy manifestó también que los prefectos (delegados del Gobierno en las regiones) deberían tener el poder de expulsar a los imanes radicales y cerrar los lugares de culto salafista. Para el jefe de Los Republicanos, las cosas están claras con respecto a los yihadistas que actúan en Francia: "o son ellos, o nosotros". También fustigó el hecho de que cada vez que se produce un atentado se justifique al autor calificándolo de "desequilibrado". "Estamos en guerra y hay que llamar al enemigo por su nombre", insistió. En el aspecto exterior, Sarkozy reiteró la necesidad de aumentar la colaboración con Rusia. En un inusual comunicado conjunto, el primer ministro, Manuel Valls, y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, respondieron ipso facto a Sarkozy rebatiendo sus críticas punto por punto y asegurando que nunca hasta ahora ningún Gobierno había hecho tanto en contra el terrorismo como el socialista. La opinión pública, por su parte, también se manifiesta. Según un sondeo de la empresa IFop, seis de cada diez franceses no tienen confianza en la política antiterrorista del presidente Hollande. Más del 80% están dispuestos a renunciar a parte de sus libertades para frenar al terrorismo islamista. Mientras, la campaña electoral francesa depara sorpresas de todas las formas. Para el candidato del frente ¡En marcha!, Emmanuel Macron, otros de los favoritos en las encuestas, la sorpresa apuntó a su vida personal. Macron apareció de improviso en una reunión pública de sus partidarios para desmentir que mantuviera una relación homosexual con el presidente de Radio France. El candidato quiso atajar un rumor que llevaba semanas circulando por los mentideros políticos, alentado por medios directamente vinculados al Kremlin. Macron hizo su desmentido en tono de humor: "Si en alguna cena, o en alguna cadena de mensajes, os dicen que mantengo una doble vida con Matthieu Gallet (presidente del consorcio público Radio France) o con cualquier otra persona, será que se me ha escapado un holograma, pero sin duda no seré yo". Luego siguió: "Este rumor no solo es desagradable para Brigitte (su esposa), sino que además ella, que comparte mi vida de día y de noche, se pregunta cómo me las arreglo físicamente".