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Dos semanas de la era Trump: preocupante, hostil e imprevisible
El nuevo presidente de los Estados Unidos ha hecho lo que ningún otro en ese cargo, en tan poco tiempo: agitar el mapa geopolítico, ampliar brechas con los enemigos y crearlas con los países que, hasta ahora, eran aliados.
A menos de un mes de llegar a la Casa Blanca, el magnate republicano ha impuesto su estilo veligerante, desafiante y casi irreal para los tiempos modernos de la política internacional. En cuestión de días cumplió varias de las medidas que eran su estandarte en la campaña: salir u ordenar la revisión de tratados comerciales, dio luz verde a la construcción de un muro en la frontera con México y rubricar el veto el ingreso al país de ciudadanos provenientes de paises, en su mayoría, de religión musulmana.
Pero Trump no se detiene, abre grietas en alianzas histpóricas de EEUU, como Alemania, México o Australia. El único que no fue victima de la intempestiva presidencial es la Rusia de Vladimir Putin. La diplomacia de la primera potencia mundial vivió una brusca transformación, en los últimos enfrentamientos se vieron envueltos el Premier de Australia, Malcom Turnbull, nuevamente, el presidene de México, Enrique Peña Nieto, e Iran, a quién dirigió un fuerte aviso por el lanzamiento de un misil balistico.
Trump parece estar logrando su cometido, que todos sigan su ritmo. En el plano comercial, por ejemplo, México sufrió el primer choque. A horas de haber asumido oficializó la revisión del acuerdo comercial TLCAN (Canada - Estados Unidos - Mexico, vigente desde 1992) y firmó la orden ejecutiva para iniciar la construcción del disputado muro en la frontera con el país azteca. Hoy Peña Nieta busca la alternativa para que la conexión bilateral no se corte del todo. Otro caso es el de Alemania, quien no respondió las agreciones que recibió su premier, Angela Merkel, y envió a su canciller, Sigmar Gabriel, a "demostrar" la buena voluntad de la nación germana para con la nueva administración estadounidense.
Existe otro plano, más preocupante y sensible, y en él se encuentran las definiciones de Trump sobre situaciones bélicas. Para el caso de la República Islámica de Irán, el presidente de EEUU considera todas las opciones de represalias tras una prueba balística realizada el pasado 29 de enero. Según la Casa Blanca, el ensayo "no quedará sin respuesta". Donald Trump aseguró éste jueves que "no hay nada fuera de la mesa" con respecto a las represalias por las recientes pruebas. El declaró que, en lugar de realizar este tipo de pruebas, Irán "debería estar agradecido" por el acuerdo nuclear negociado con el Grupo 5+1, al cual el actual presidente se refirió repetidas veces como un "desastre".
El Pentágono había informado sobre el lanzamiento de un misil balístico 225 kilómetros al este de Teherán el pasado 29 de enero, hecho que fue posteriormente confirmado por el Ministerio de Defensa iraní. Previo a las actuales declaraciones de Trump, las autoridades estadounidenses calificaron el ensayo como "muy provocativo". Tanto el ministro de Defensa de Irán, Hossein Dehghan, como el de Relaciones Exteriores, Mohammad Yavad Zarif, sostienen que la prueba no viola el acuerdo nuclear firmado con las seis potencias mundiales, que impide a Teherán "llevar a cabo cualquier actividad relacionada con misiles balísticos capaces de transportar ojivas nucleares".
Causó sorpresa la continuidad de política exterior entre Seúl y Washington. Éste jueves quedó reafirmado la importancia de sus lazos durante la visita del secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, a Corea del Sur, dentro de una gira que le llevará también a Japón. El primer viaje al exterior de un representante del Gobierno del presidente Donald Trump tiene como fin transmitir un mensaje de tranquilidad a dos aliados clave en Asia Pacífico, tanto acerca de la importancia de la relación bilateral con cada uno como sobre el compromiso del nuevo Gobierno con la región. En campaña ,el ahora presidente, apuntó contra ambas naciones al referir que deberían contibuir más a pagar su propia defensa. EE UU cuenta con 47.000 soldados destacados en Japón y 28.500 en Corea del Sur.
El nuevo jefe del Pentágono, Mattis, expresó su preocupación por las acciones de Corea del Norte en la región durante su visita a Seúl. "Cualquier ataque contra EE.UU. o nuestros aliados será derrotado, y cualquier uso de armas nucleares tendrá una respuesta eficaz y aplastante", afirmó durante su intervención en el Ministerio de Defensa surcoreano.
"La Administración de Donald Trump tratará la amenaza nuclear norcoreana como un problema prioritario de seguridad", señaló Mattis.