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Mundo
Categoría:
Tecnología

El avance de los drones

Uno de los desafíos que enfrenta el avance vertiginoso de la tecnología, es, sin lugar a dudas, lograr la combinación para utilizar estos vehículos para ayudar al medioambiente.

¿Cómo resolver los conflictos que azotan a la ecología y lograr un desarrollo sostenible del medioambiente? Los drones podrían ser una de las tecnologías que logren un gran impacto para salvar el planeta.

Una de las áreas en las que hay más drones trabajando en la actualidad son las granjas solares. Estas pueden tener una extensión desde una hasta cien hectáreas, y mantenerlas de forma manual puede ser poco práctico y especialmente peligroso, ya que los ingenieros quieren inspeccionar los paneles cuando el sol está en su punto más alto y potente.

Compañías como la operadora francesa Dronotec construyeron drones que incluyen cámaras que proporcionan imágenes térmicas, que ofrecen una vista aérea para señalar los paneles que pueden estar dañados, cubiertos de polvo o tapados por vegetación invasiva. Después, procesan esa información y regresan a estas localizaciones específicas para arreglar los paneles en el momento más conveniente, haciendo un mantenimiento más eficiente.

Otra de las industrias que se beneficia enormemente de la tecnología de drones son los parques eólicos. Tradicionalmente, las inspecciones consisten en enganchar a los operarios a unos cables y colgarlos de la estructura, pero compañías como la británica Cyberhawk utilizan drones para enviar video en tiempo real e imágenes en 3D de las palas de la turbina. Únicamente cuando se descubren algunos fallos los ingenieros se desplazan y se cuelgan de los cables de acero.

Además de utilizarse para apoyar la energía sostenible, los drones también se están adaptando para monitorizar la contaminación. Una start-up en Finlandia llamada Aeromon fue capaz de detectar y analizar 70 emisiones industriales diferentes y trazar la calidad del aire en grandes áreas. En el pasado estas emisiones podrían haber pasado desapercibidas ya que los sensores a nivel del suelo o a mayor altitud no las habrían detectado. Sin embargo, la versatilidad de los vehículos aéreos no tripulados, UAV por siglas en inglés, o sistema aéreo no tripulado, UAS, conocido en castellano por sus siglas como VANT o drone, significa que eso ya no es lo habitual y que los datos proporcionados dan a las autoridades más peso para mejorar la legislación respecto a emisiones.

Este nuevo uso para los drones también se dando en otros lugares. Están siendo implementados para monitorizar los niveles de metano en los vertederos de Reino Unido, las emisiones de los buques en aguas europeas y las fugas de gas en Estados Unidos. De forma similar, los drones también se están modificando para detectar aguas contaminadas, como en el proyecto Waterfly del MIT que busca cianobacterias en el agua y que puede utilizarse en zonas remotas de difícil acceso.

Es precisamente esa habilidad del dron para alcanzar zonas problemáticas la que se mostró más efectiva en el ámbito de la conservación. En la sabana, en un bosque tropical o a la orilla de los ríos, los drones pueden detectar y monitorizar la población de animales, la deforestación o los niveles de agua. También pueden descubrir cazadores furtivos y alertar sobre su localización a la policía, además de observar si puede estar teniendo lugar actividad maderera ilegal.

Ya se utilizan de forma muy efectiva para proteger a las ballenas de la pesca ilegal gracias a la sociedad de conservación Sea Shepherd, mientras que otra organización de nombre similar, Air Shepherd activa los drones por la noche para parar a los furtivos que matan a los rinocerontes y elefantes por su marfil. En un futuro puede que hasta sean capaces de contribuir a la restauración del hábitat natural de la fauna salvaje. La compañía BioCarbon Engineering diseñó un dron que planta árboles de forma rápida y eficiente utilizando un pequeño cañón para disparar vainas al suelo que contienen las semillas germinadas.

La preocupación por la conservación ambiental va ligada a la prevención de desastres y los drones también pueden servir de ayuda en este aspecto. El observatorio terrestre Lamon Doherty monitoriza el deshielo del ártico utilizando los drones para llegar a zonas hostiles. Equipados con cámaras infrarrojas, recogen datos sobre los cambios de temperatura y el agua del deshielo. En el otro lado del espectro, los drones también se mostraron útiles para traquear flujos de lava, además de detectar y restringir incendios forestales. Cuando el tifón Haiyan alcanzó Filipinas en 2013 se utilizaron para contabilizar los daños y planificar reconstrucciones, además de estar preparados para lanzar equipo médico de urgencia en áreas remotas más rápido que de cualquier otra forma.

Por último, los drones también sirven para trabajar en las granjas. Se especializan en pulverización de cultivos, aplicando los fertilizantes de una forma más eficiente que los aviones y reduciendo el gasto en un 20%. También son ideales para monitorizar la salud de los cultivos, la localización del ganado y los niveles de agua, ayudando a mejorar el rendimiento y proporcionar una mayor eficiencia de gastos. Además, los granjeros también los están utilizando para mapear el terreno y evaluar la tierra.

Teniendo en cuenta todo esto, con los drones adoptando nuevos y positivos roles en la tarea de proteger el medioambiente, puede que su imagen como elementos de tecnología destructiva y/o recreativa sea desplazada y empecemos a verlos como una parte útil para el bienestar del planeta.