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Chemsex: Alertan sobre los riegos de los maratones ininterrumpidos de sexo

  • Chemsex: Drogas y maratones ininterrumpidos de sexo
    Esta práctica sexual pone en alerta al mundo Chemsex: Drogas y maratones ininterrumpidos de sexo

Las 'orgías de cristal', que se extienden hasta por 72 hs, preocupan a los expertos en salud sexual

El Chemsex es un fenómeno emergente desde el año 2000 que consiste en el uso intencionado de algunas drogas ilegales para facilitar, potenciar y prolongar los encuentros sexuales. Por el riesgo de aumento de infecciones de transmisión sexual (de sífilis o clamídeas a VIH), en España ya se considera un “problema de salud público”.

Este patrón de consumo se ha asociado con el aumento del riesgo de transmitir y adquirir infecciones de transmisión sexual, como el VIH y sobre todo la hepatitis C. Los expertos apuntan a las redes sociales (y a la soledad) como causas principales de que se hayan triplicado los casos de Chemsex en un año.

Los estudios publicados relacionan el uso del Chemsex con conductas sexuales de riesgo, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH), como consecuencia de su efecto estimulante y desinhibidor, favoreciendo relaciones sexuales más extensas y desprotegidas.

Además de las prácticas de riesgo, otra consecuencia de esta práctica es la adicción, “debido a una alteración del circuito límbico de recompensa”, explican los expertos, lo que favorece la repetición compulsiva.

Debido a esa relajación en la protección, “el ChemSex puede suponer un aumento de enfermedades de transmisión sexual como la sífilis, gonorrea, hepatitis A o hepatitis C, entre otras” , según un informe elaborado por los doctores Ignacio Pérez Valero y José Luis Blanco, investigadores del Hospital Universitario La Paz de Madrid y del Hospital Clínic de Barcelona, respectivamente.

“El efecto de las drogas puede suponer una mayor desinhibición que lleve a mantener relaciones sexuales de alto riesgo y a no contemplar el uso de medidas de barrera para la prevención de la transmisión de infecciones por vía sexual”, añade el documento.

Para dar a conocer el impacto de esta práctica sexual de moda, expertos en enfermedades infecciosas han analizado los riesgos de la interacción entre sexo, drogas y enfermedades de transmisión sexual en el libro ’99 preguntas clave sobre ChemSex’,  editado por GeSIDA con el patrocinio de la compañía biosfarmacéutica MSD.

Estas son las principales conclusiones: 
¿Qué es? Los expertos lo definen como la combinación de relaciones sexuales con el uso de determinadas drogas ilegales o sin receta con el fin de facilitar, potenciar y prolongar (a veces en sesiones de más de un día) el encuentro sexual.

¿Qué drogas se usan? Las más directamente vinculadas al ChemSex son la mefedrona, la metanfetamina y el ácido gamma-hidroxibutírico (GHB), que inciden directamente en la experiencia
sexual y que muchas veces se consumen por vía intravenosa (con los riesgos para la salud que ello implica). Además se usan otras muchas: MDMA, popper, cocaína… y fármacos para la disfunción eréctil como Tadalafilo y Sineldafilo.

“Lo que hace que los virus se transmitan no es el uso de drogas, sino las consecuencias de su  uso: mayor frecuencia de relaciones y parejas sexuales, no utilización de preservativos u otros métodos de barrera, compartir agujas y jeringuillas”, explica el Dr. Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal.

¿Hasta qué punto es algo nuevo el ChemSex?
Son nuevas las sustancias que se usan y su consumo en forma de cóctel, como lo es también Internet, que ha facilitado los contactos con otras personas interesadas en estas prácticas y el acceso a las sustancias. Pero en sí, el consumo de drogas asociado al sexo no es nada nuevo: está documentado a lo largo de toda la historia y hay indicios de que ya se practicaba ya en la prehistoria. Las diferencias con sus antecedentes históricos son tres: el cóctel de drogas utilizado, la duración de las sesiones e internet.

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